Cuando Daniel Radcliffe escribió una carta al joven Dominic McLaughlin — recién nombrado como el nuevo Harry Potter para la serie de HBO — no solo entregó palabras de aliento: entregó un legado. McLaughlin, de apenas 11 años, reveló en una entrevista que la carta llegó en un tren, cortesía de su padre, y que fue hasta leer la firma — “Dan R.” — cuando cayó en cuenta de qué se trataba. “It was insane”, confesó con emoción.
Para Radcliffe, que también tenía 11 años cuando comenzó su propio viaje como Harry hace más de dos décadas, el gesto es simbólico. “No quiero ser un espectro en la vida de estos niños”, dijo al compartir que deseaba que McLaughlin disfrute de esta experiencia incluso más de lo que él lo hizo.
El mensaje de Radcliffe no fue sólo un saludo: fue una bendición, un respaldo sincero al nuevo elenco. Él mismo admitió sentirse conmovido al ver fotos de McLaughlin y sus compañeros, diciendo que “simplemente quería abrazarlos”. Afirmó que, aunque su etapa como Harry fue increíble, confía en que los nuevos actores vivirán algo “mucho mejor”.
La carta se convirtió en una señal clara: la nueva serie busca honrar el legado sin sentirse opacada por él. Para McLaughlin, más allá de la fama o la responsabilidad, ha significado una inyección de ánimo en un momento clave de su vida. “Fue una locura… estaba en el tren. Tenía que contenerme”, recordó. Pero también compartió que el rodaje avanza “fantástico”, que ha hecho buenos amigos en el set y que la energía es positiva.
La nueva adaptación de la saga — planeada por HBO como una serie de siete temporadas, una por libro — cuenta con un reparto fresco: junto a McLaughlin aparecerán Arabella Stanton como Hermione y Alastair Stout como Ron.
Para muchos, la carta de Radcliffe representa más que nostalgia: es un símbolo de continuidad. Una forma de decir que este nuevo Harry Potter no parte de cero, sino desde la gratitud y el respeto por quienes lo precedieron.
