
4 DE NOVIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Por segundo día consecutivo, el estado de Michoacán se convirtió en el epicentro de la indignación y la violencia, con serios disturbios en Morelia y otras ciudades, en el marco de las marchas para exigir justicia tras el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez. Lo que comenzó como un movimiento social pacífico, impulsado por ciudadanos consternados ante el homicidio del edil, ha sido empañado por grupos que han recurrido al vandalismo y la confrontación directa con las autoridades. El clamor por justicia se ha mezclado con actos de sabotaje.
Este lunes, la capital michoacana presenció una nueva movilización. Estudiantes de diversas universidades se congregaron en puntos clave como el obelisco a Lázaro Cárdenas y la fuente de Las Tarascas, vistiendo de blanco para simbolizar la paz. Sin embargo, a medida que los contingentes avanzaban para converger en el centro de la ciudad, uno de los grupos desató serios disturbios en Morelia al llegar al Congreso del Estado. Con piedras y palos, destrozaron los ventanales de la sede del Poder Legislativo, lo que obligó a los oficiales del grupo antimotines a usar gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes y contener la agresión.
El Gobierno Señala Infiltrados del PRI y PAN
La escalada de violencia no se limitó al Congreso. Los manifestantes avanzaron también hacia el Palacio de Gobierno, un inmueble que ya había sido vandalizado el domingo, con daños en su interior y exterior, incluyendo el lanzamiento de bombas molotov que causaron un incendio que fue rápidamente sofocado por los bomberos. Ante la repetición de los disturbios en Morelia, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, alzó la voz. El mandatario denunció que un grupo de infiltrados en las marchas ha sido identificado como afín a los partidos PRI y PAN, asegurando que serán investigados para deslindar responsabilidades por los actos de violencia.
La Fiscalía General del Estado (FGE) ya ha actuado respecto a los disturbios en Morelia del domingo. Se confirmó la detención de ocho jóvenes, quienes ahora son investigados por delitos graves como sabotaje y daños materiales. Ante la amenaza de nuevas agresiones, las autoridades de Seguridad Pública han tomado medidas preventivas y blindaron el edificio de la sede del Poder Ejecutivo con vallas metálicas, buscando evitar más afectaciones a la infraestructura gubernamental. Este refuerzo de seguridad refleja la tensión que se vive en la capital.

La Violencia Se Extiende a Apatzingán y Uruapan
Lamentablemente, los disturbios en Morelia no fueron un hecho aislado. La ola de violencia se extendió y alcanzó su punto más crítico en la región de Tierra Caliente, específicamente en el municipio de Apatzingán. En esta zona, las protestas escalaron cuando grupos de encapuchados irrumpieron en la alcaldía y procedieron a prenderle fuego al inmueble. Las fuerzas estatales y municipales intentaron dispersar a los agresores, lo que desató un enfrentamiento que se prolongó por varios minutos y que puso en riesgo la seguridad de la población.
A la par de los disturbios en Morelia y Apatzingán, también se reportaron movilizaciones violentas en Uruapan, la ciudad natal del edil asesinado. Aquí, los manifestantes se dirigieron a las obras del teleférico, causando destrozos. La respuesta de seguridad fue inmediata y contundente, obligando a un fuerte dispositivo policial en el que también se hizo uso de gases lacrimógenos para dispersar a quienes estaban generando los daños. Hasta el momento, la autoridad local de Apatzingán, encabezada por Fanny Arreola Pichardo, no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el ataque.







