
Entrega de equipos genera dudas sobre uso de recursos
La entrega de MacBooks a la bancada de Morena desató una nueva ronda de preguntas sobre el uso de recursos en la Cámara de Diputados. Según la investigación publicada por El Universal, fueron repartidas 253 computadoras MacBook Air, cada una acompañada por una mochila personalizada con iniciales y logos del grupo parlamentario. El detalle llamó la atención no solo por el costo, sino por el momento político en el que ocurrió.
Mientras el pleno discutía la reforma que prohíbe vapeadores, en paralelo se realizaba la distribución del equipo, lo que ya generó críticas dentro y fuera del recinto. El precio aproximado de cada MacBook, de acuerdo con los periodistas Antonio López Cruz y Enrique Gómez, ronda los 19 mil pesos, por lo que el paquete completo supera los 4.8 millones. Una cifra que inevitablemente abre debate sobre prioridades presupuestales en tiempos de recortes y austeridad.
Morena aseguró que las computadoras provienen de “ahorros del grupo parlamentario” y que deberán ser devueltas al finalizar la legislatura. Aunque el argumento intenta cerrar la discusión, lo cierto es que no existe un mecanismo claro de seguimiento que garantice la recuperación del equipo una vez concluido el ciclo legislativo. Ese vacío administrativo ha sido señalado por especialistas como uno de los puntos más débiles de la gestión interna en San Lázaro.


Ahorros, transparencia y la larga sombra del gasto público
En esta discusión es que no es la primera vez que se reportan entregas de equipos costosos dentro del Congreso. En legislaturas anteriores, tanto en Senado como en Diputados, se han distribuido tablets, teléfonos y laptops bajo el mismo argumento: “herramientas de trabajo”. Sin embargo, nunca ha habido un informe público, detallado y verificable que demuestre cuántos dispositivos regresan efectivamente al inventario institucional.
El hecho de que la entrega ocurriera durante un debate relevante —la prohibición de vapeadores— también despierta cuestionamientos sobre prioridades y tiempos políticos. Para algunos legisladores de oposición, este tipo de acciones desdibuja la agenda sustantiva y proyecta un mensaje equivocado hacia la ciudadanía, especialmente en un contexto en el que la cámara discute reformas de salud, seguridad y presupuesto.








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