
Cada 14 de julio se celebra el Día Mundial del Chimpancé, una fecha creada para reflexionar sobre la situación crítica que enfrentan estos primates, considerados los más cercanos al ser humano en términos genéticos. La conmemoración fue establecida en honor al nacimiento de Jane Goodall, la primatóloga que revolucionó la forma en que el mundo entiende a los chimpancés y sus derechos.
Esta fecha no solo sirve para rendir homenaje a los avances científicos, sino también para crear conciencia sobre la amenaza de extinción que enfrentan estos animales. En la actualidad, los chimpancés están clasificados como especie en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), principalmente por la pérdida de su hábitat, la caza furtiva y el tráfico ilegal.
Las poblaciones de chimpancés han disminuido de forma alarmante en África en las últimas décadas. Se estima que en el último siglo su número se ha reducido en más de un 50%, y muchos expertos temen que, de continuar así, podrían desaparecer por completo en estado salvaje en algunas regiones. A pesar de su importancia ecológica y cultural, aún no se les brinda la protección global que merecen.

En cuanto a México, si bien los chimpancés no son nativos del país, existen varias reservas, zoológicos y santuarios que albergan a ejemplares rescatados del tráfico ilegal o del maltrato en circos y espectáculos. Lamentablemente, México también ha sido ruta del comercio ilegal de especies exóticas, incluyendo primates como chimpancés, lo que representa un desafío para las autoridades.
Expertos en conservación animal en México destacan la necesidad de reforzar la educación ambiental, endurecer penas contra el tráfico de fauna y promover la adopción de políticas de protección animal más estrictas. Aunque en el país hay esfuerzos por preservar la vida de estos animales en cautiverio, aún hay un largo camino para garantizarles condiciones dignas y evitar su explotación.