
11 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- El encierro del exentrenador de fútbol americano de la Universidad de Michigan, Sherrone Moore, generó un fuerte impacto dentro y fuera del campus, pues ocurrió apenas unas horas después de que la institución anunciara su despido. De acuerdo con los registros del condado de Washtenaw, Moore fue ingresado a las 10:11 p. m., tiempo del Este, sin que hasta el momento se conozcan los cargos formales.
Los documentos del sistema del condado, consultados por CNN Sports, no incluían información sobre posibles fianzas ni audiencias programadas. Esta falta de detalles incrementó la incertidumbre sobre el proceso y generó preocupación en la comunidad universitaria, que aún trataba de digerir el anuncio de su despido.

La policía del municipio de Pittsfield respondió a una solicitud de información con un comunicado donde confirmó que los agentes acudieron a la zona de Ann Arbor Saline Road para investigar una presunta agresión. En el documento se aseguró que el incidente no parecía ser aleatorio, y que ya había un detenido, aunque el nombre de Moore no fue mencionado directamente.
Minutos después, ESPN informó que la policía de Saline detuvo al exentrenador y posteriormente lo entregó a las autoridades de Pittsfield Township para continuar la investigación. La cercanía de ambas localidades con Ann Arbor, sede de la Universidad de Michigan, alimentó aún más la atención mediática. Para un programa tan histórico como el de los Wolverines, este tipo de situaciones representa un golpe tanto deportivo como institucional.

El despido de Moore ocurrió el mismo miércoles en que fue encarcelado. La universidad afirmó que la decisión se tomó de manera inmediata tras confirmarse que el entrenador mantuvo una relación inapropiada con un miembro del personal. En el comunicado se subrayó que la conducta detectada violaba directamente las políticas internas, reforzando su política de tolerancia cero ante este tipo de comportamientos.
Sherrone Moore había asumido el liderazgo de los Wolverines en 2024, tras seis años de trabajo en el cuerpo ofensivo y después de sustituir a Jim Harbaugh. Su llegada marcó un momento histórico al convertirse en el primer entrenador afroamericano del programa. Además, había conducido al equipo a un sólido récord de 9-3 y tenía en puerta el enfrentamiento contra Texas en el Citrus Bowl.








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