
4 DE JULIO 2025-Ángel Javier “N”, de tan solo 18 años, fue identificado como el hombre herido durante el ataque armado registrado en una barbería ubicada sobre la calle 74 en la Región 217 de Cancún. Según informes oficiales, el joven, que actualmente se encuentra hospitalizado con una lesión en la columna y otra en la pierna, cuenta con tres órdenes de aprehensión por homicidio y estaría vinculado a una célula del crimen organizado que opera en la zona.
El ataque, ocurrido recientemente, dejó también a otros dos jóvenes lesionados, entre ellos un menor de edad que perdió la vida. Las autoridades consideran que Ángel Javier podría haber sido el blanco principal de la agresión, en lo que ya se perfila como un ajuste de cuentas entre grupos delictivos rivales. Este hecho ha encendido nuevamente las alarmas sobre la creciente violencia ligada al narcomenudeo en Cancún.
De acuerdo con fuentes policiales, la barbería donde ocurrió el ataque había levantado sospechas desde meses atrás. Se documentó un incidente previo en el que un supuesto estudiante fue detenido en las inmediaciones del lugar portando droga, un arma de fuego y un teléfono celular que, tras ser analizado, reveló imágenes del joven con armas largas y narcóticos. Este dispositivo fue clave para relacionar al detenido con la barbería.

Los servicios de inteligencia rastrearon las ubicaciones frecuentes del teléfono, y una de ellas coincidía con la barbería. Aunque el local no fue intervenido en su momento por ser de libre acceso al público, el patrón de visitas generó sospechas sobre su posible uso como fachada para actividades delictivas. Este antecedente refuerza la hipótesis de que el establecimiento podría estar vinculado al movimiento de drogas y armas.
Este caso pone en evidencia una práctica común entre grupos criminales: la utilización de comercios aparentemente legítimos para encubrir operaciones ilegales. De acuerdo con expertos en seguridad, el narcomenudeo en zonas urbanas suele camuflarse detrás de negocios como barberías, talleres o tiendas, lo cual dificulta la acción inmediata de las autoridades. Este fenómeno también deja expuesta a la ciudadanía, que sin saberlo convive con puntos de riesgo en su entorno cotidiano.
Hasta ahora, las investigaciones continúan y las declaraciones de empleados y del propietario del negocio serán clave para esclarecer si la barbería operaba únicamente como establecimiento comercial o si en realidad servía de centro logístico para el crimen organizado. La Fiscalía sigue trabajando bajo la línea principal de un ajuste de cuentas, aunque no se descartan otras posibles conexiones dentro del tejido delictivo local.
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