
11 DE JULIO-El presidente de #Argentina, #JavierMilei, sufrió esta semana su peor derrota parlamentaria desde que asumió el cargo en diciembre de 2023. En una intensa jornada legislativa, el Senado aprobó cuatro leyes que chocan directamente con su programa de austeridad y superávit fiscal, lo que generó una fuerte reacción del mandatario y de su círculo cercano, quienes incluso calificaron el hecho como un “golpe institucional”.
Entre las medidas aprobadas se encuentran un aumento del 7% en las pensiones, la expansión de beneficios a personas con discapacidad, la liberación de fondos nacionales para las provincias y un nuevo esquema de cargas impositivas en combustibles. Todas fueron respaldadas por distintos bloques políticos, incluidos aliados coyunturales del oficialismo. En respuesta, Milei aseguró que vetará cada una y, si es necesario, acudirá a la justicia para frenar su implementación.
La Casa Rosada reaccionó con dureza. El propio Milei, durante un evento en la Bolsa de Buenos Aires, afirmó que la política de superávit fiscal no se negocia y que, incluso si los vetos fueran revertidos, “el daño sería mínimo”. No obstante, el clima político se tensó aún más con las declaraciones de algunos funcionarios que denunciaron que la sesión no fue convocada correctamente y que, por tanto, era inválida.

A esta situación se suma otro revés reciente: la Cámara de Diputados rechazó el veto presidencial a un paquete de ayudas para los damnificados de las inundaciones en Bahía Blanca, donde murieron al menos 18 personas. La negativa del gobierno a liberar esos fondos fue vista como insensible y profundizó el distanciamiento con los gobernadores provinciales, quienes jugaron un papel clave en la aprobación de las leyes en el Senado.
La tensión escaló cuando influencers cercanos al oficialismo hicieron llamados alarmantes en redes sociales. Desde pedir “tanques en la calle” hasta sugerir bombardear el Congreso, estos mensajes generaron denuncias públicas e incluso acciones legales. La senadora Juliana Di Tullio presentó una denuncia penal, señalando que se trata de amenazas graves que incitan a la violencia institucional. Aunque Milei no suscribió estos comentarios, el silencio inicial desde el gobierno fue ampliamente criticado.
Lo que esta derrota parlamentaria revela, más allá del desacuerdo sobre leyes puntuales, es un desgaste acelerado del modelo político de Milei. Aunque en el plano macroeconómico se han presentado avances en la reducción del déficit, estos no se han traducido en mejoras perceptibles para la mayoría de la población. La crisis social, la inflación persistente y el corte de programas sociales han comenzado a erosionar la base de apoyo del oficialismo. Además, la falta de alianzas sólidas en el Congreso y la constante confrontación con los gobernadores dificultan la gobernabilidad. Con las elecciones legislativas de octubre en puerta, este revés podría marcar un punto de inflexión en el rumbo del gobierno, sobre todo si la oposición logra capitalizar el malestar social y convertirlo en votos.
