

Un reciente derrame de petróleo ha afectado el medio ambiente en Puebla y Veracruz, luego de que se presentara una pérdida de contención en un oleoducto de Petróleos Mexicanos (Pemex). El incidente, que ocurrió en el oleoducto CAB Poza Rica – Tula a la altura del río San Marcos, en el municipio de Ávila Camacho, Puebla, ha generado una contaminación que ya alcanzó la cuenca del río Cazones. Las autoridades de Pemex han informado que, desde el primer momento, se ha activado un plan de contingencia para evitar una mayor dispersión del hidrocarburo en el zona.
El personal especializado de Pemex está llevando a cabo un exhaustivo trabajo de contención para recuperar los remanentes del hidrocarburo derramado. A lo largo del río, se han instalado barreras físicas y naturales con el objetivo de frenar el avance del producto. Esta respuesta inmediata busca limitar el daño ecológico y proteger las comunidades que dependen de la cuenca del río. El derrame ha causado una gran preocupación entre los habitantes de la región, quienes temen por la salud de sus ecosistemas y el suministro de agua.
Acciones de Contención en Marcha y Limpieza Intensiva


Las acciones de contención no se han detenido. Actualmente, las labores se han intensificado con el reforzamiento de barreras marinas en el arroyo de Santa María Coatzintla, un punto estratégico para evitar que el derrame se extienda. Además, se está realizando un lavado manual en los márgenes del río para remover el hidrocarburo, y se ha iniciado un proceso de extracción de la vegetación que ha quedado impregnada. El trabajo de limpieza se enfoca en las zonas críticas, como la bocatoma que abastece de agua a los municipios de Poza Rica y Coatzintla, ya que es fundamental proteger esta fuente de agua potable.
La empresa Pemex ha asegurado que las labores de contención y la vigilancia operativa continuarán de forma ininterrumpida hasta que la situación quede totalmente remediada. Este compromiso con la limpieza del río es crucial para la restauración del ecosistema y para garantizar la seguridad de las comunidades aledañas. La contaminación del río Cazones representa un grave riesgo para la fauna, la flora y la salud de las personas, por lo que la urgencia de estas acciones es una prioridad para la empresa y las autoridades locales.
El derrame de Pemex ha provocado un intenso debate sobre la seguridad de la infraestructura petrolera en el país y la necesidad de una mayor vigilancia para prevenir este tipo de accidentes. Los oleoductos, que atraviesan gran parte del territorio nacional, son vulnerables a las fugas y a los actos de vandalismo. Por ello, la empresa ha reafirmado su compromiso con el cuidado del medio ambiente y la seguridad de las comunidades, un mensaje que busca tranquilizar a la población y demostrar que la situación está bajo control.