30 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Los temores de una catástrofe humanitaria en El Fasher, la ciudad clave de Sudán, se han disparado tras la toma de control por parte de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). La caída de este último bastión militar en la región de Darfur podría marcar un punto de inflexión brutal en la guerra civil de Sudán, que ya ha causado el desplazamiento de casi 12 millones de personas desde abril de 2023. La ONU ha confirmado informes creíbles de «ejecuciones sumarias» y el Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale mostró imágenes satelitales con «montones de cadáveres de personas ejecutadas en masa».
La tragedia en El Fasher se concentra en sus instalaciones médicas. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que la agencia está «horrorizada y profundamente consternada» por el presunto asesinato de 460 personas en el principal hospital materno de la ciudad. La Red de Médicos de Sudán, por su parte, reportó que los combatientes de las FAR «asesinaron a sangre fría a todas las personas que encontraron dentro del hospital saudí», incluyendo pacientes y acompañantes, afirmando que las instalaciones médicas se han convertido en «mataderos humanos».

El Hambre como Arma y la Crisis Infantil
Además de las matanzas, la población civil en El Fasher sufre una grave crisis alimentaria debido al asedio de 18 meses impuesto por las FAR. Cientos de miles de civiles, incluidos unos 130.000 niños, quedaron aislados y sin acceso a la ayuda humanitaria vital. Residentes de la localidad, que se encuentran sin nada que comer, advierten que la gente «podría no sobrevivir mucho tiempo» sin asistencia urgente.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha calificado la situación como «un epicentro del sufrimiento infantil», donde la desnutrición, las enfermedades y la violencia se cobran vidas a diario. La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, denunció que los niños «se mueren de hambre» debido al bloqueo deliberado de los servicios de nutrición vitales de la agencia, una prueba más del uso del hambre como arma de guerra.

La toma de El Fasher se percibe como una victoria estratégica para las FAR, un grupo de mayoría árabe y heredero de los Janjaweed, acusados en el pasado de limpieza étnica y crímenes de guerra. La ciudad alberga grandes comunidades africanas no árabes (fur, zaghawa y masalit) que se oponen a las políticas del gobierno sudanés. La analista política sudanesa Dallia Abdelmoniem advierte que las FAR, al controlar ahora todo Darfur, «podrían declarar la independencia o impulsar la partición» del país.
El temor a la violencia étnica se basa en la historia de las FAR, quienes, según la analista, «no temen desatar aún más violencia». Informes de civiles que han logrado huir a campamentos de refugiados relatan historias de masacres generalizadas, mutilaciones, incendios y violencia sexual contra mujeres y niños, lo que subraya la brutalidad con la que se desarrolla este conflicto.
La Lucha por el Oro y las Acusaciones Externas
Detrás de la lucha por El Fasher existe una fuerte motivación económica: el control de valiosos recursos, especialmente el oro y el uranio. Según el periodista de la BBC Mohanad Hashim, el oro es el «verdadero motor de este conflicto», siendo la minería una fuente primordial de financiación.
Controlar Darfur del Norte a través de El Fasher ofrece a las FAR acceso irrestricto a países vecinos como Libia y Chad, lo que facilita tanto la salida de este valioso recurso como la entrada de armas. El líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), ya controla una lucrativa mina de oro, y su fuerza ha sido acusada por el Tesoro estadounidense de genocidio, imponiéndole sanciones.

Finalmente, el conflicto ha provocado una seria disputa diplomática. El ejército sudanés acusó a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de ser «cómplices del genocidio» en Darfur Occidental por su apoyo militar y financiero a las FAR, aunque los EAU han rechazado enérgicamente las acusaciones. Expertos de la ONU también han descrito como creíbles los informes de que los EAU están suministrando armas de contrabando a las FAR a través de Chad, añadiendo una compleja dimensión internacional a la catástrofe humanitaria sudanesa.
La Amenaza del Cólera y la Destrucción Sanitaria



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