Pese a los beneficios que la robótica ha aportado a la humanidad, ésta aún no ha permeado entre las nuevas generaciones de México debido a la falta de visión del Estado, las dificultades económicas, el rezago educativo y la brecha digital que afecta a las niñas y adolescentes mexicanas.
Pese a la brecha digital de género y a la falta de apoyo económico que ha experimentado, Elisa Fernández Pérez ha sido tres veces campeona de la Olimpiada Mundial de Robótica en México y representó a nuestro país en la final global de este encuentro realizado en Panamá en 2023 donde obtuvo el cuarto lugar en la categoría de secundaria.
Hacer robótica implica adiestrarse en disciplinas como ingeniería, matemáticas, tecnología y programación; áreas comúnmente ejercidas por varones y ser mujer podría implicar un desafío adicional al trabajo intelectual que estas materias requieren, explicó Elisa, quien lo ha constatado, no sólo por el número reducido de participantes que ha observado en las competencias, sino por los prejuicios que existen en las nuevas generaciones.
“Aunque en la convivencia conoces muchos puntos de vista respecto a las mujeres, en ocasiones es necesario poner límites con ellos”
La joven creativa del Estado de México dijo que la falta de apoyo económico la ha orillado a que sus diseños robóticos se vean afectados en su desarrollo o resultado final, así como a priorizar su asistencia a determinadas competencias y no a todas a las que le gustaría asistir.
Pese a lo anterior, sonriente, la hoy estudiante de preparatoria y becada por su trayectoria en la robótica, recordó que se inició a los 10 años por inspiración de su hermana que desafió el estigma, así como por su instinto de saberse con el potencial para continuar en este mundo digital.
En un contexto similar, las campeonas nacionales de la misma competencia en el 2023, pero en la categoría de preparatoria, Maria Guadalupe Ortega Rodríguez, Dulce Ivonne Ríos Gonzalez y Sara Itzel Zapata Arguijo decidieron acuerparse en equipo para entrar a este “mundo de hombres”, pues en su caso, por el hecho de ser mujeres llegaron a sentir el temor de recibir malos comentarios.
Una de ellas, María Guadalupe, comentó para Sopitas.com que su formación en esta disciplina la hicieron por su cuenta, pues al pertenecer a una escuela pública, esta no les brindó la formación necesaria en robótica y sus asignaturas afines.
Originarias de San Felipe, Guanajuato; nunca se imaginaron participar en este tipo de encuentros, sin embargo, decidieron abandonar el miedo de ser juzgadas por su género y desafiar los obstáculos económicos que también les impide en ocasiones costear sus proyectos o viajar a otros países para competir, pero con el deseo profundo de hacer robótica en su futuro profesional.
Robótica en la Nueva Escuela Mexicana
La Nueva Escuela Mexicana es la política pública del Gobierno respecto a la educación básica en nuestro país y uno de sus propósitos es “el compromiso por brindar calidad en la enseñanza”. También reconoce el rezago histórico y por ello desea “mejorar el conocimiento, las capacidades y las habilidades de los educandos en áreas fundamentales como la comunicación, las matemáticas y las ciencias”.
Este proyecto político de nación también explica que se trata de un camino de 23 años para “dar base sustantiva (y) reforzar la educación en todos los grupos de edad para los que la educación es obligatoria”.
Para la experta en enseñanza Rebeca López Portillo dicha demora podría deberse a que aún no existe la formación docente ni directiva que “permita comprender a fondo el nuevo enfoque y los fundamentos epistemológicos, filosóficos y pedagógicos”; para que de esta manera se lleven a cabo en la práctica docente como lo propone el modelo educativo.
Al preguntarle a la maestra Rebeca respecto a si la Nueva Escuela Mexicana incluye al enfoque educativo STEAM (acrónimo de las palabras en inglés Sciencie, Technology, Engineering, Arts y Mathematics), mismo que sirve de sustento para el entrenamiento de proyectos de Robótica, esta identificó que, aunque existe, está de manera dispersa y con “un planteamiento corto” que podría perfeccionarse con el paso del tiempo hacia este foco en particular.
También la analista habló de que, antes de aspirar a Robótica, existe el desafío más básico de digitalizar los planteles educativos equipándoles de manera óptima, pues, aunque ha habido avances en las zonas urbanas, respecto a contextos rurales se desea por lo menos acceso a internet y una computadora por escuela.
“No todo está mal”, destacó López Portillo, pues reconoció que, respecto a la enseñanza de las matemáticas, ésta viene con la intención de formar un pensamiento científico en las niñas y los niños para que vean a esta materia no como contenidos que sólo deben repetir, sino para aplicarlos en las nuevas tecnologías: “la idea es que lleguen a secundaria sabiendo programar”.
En el caso particular de la Robótica, la profesora reconoció que está aplicándose como taller y no como un contenido obligatorio en algunas escuelas públicas y explicó que, sin idealizar a la escuela privada, es en este tipo de instituciones, con grandes recursos, donde están haciendo su propio esfuerzo de llevar esta materia a sus alumnos.
“Pasa como en los sistemas de salud, si tienes para pagarlo puedes acceder”.
El reto de llevar la Robótica a México
Existe un debate público sobre los pros y contras de la robótica en la vida diaria de las personas.
Por un lado, desde su origen en la Revolución Industrial, gracias a la automatización de las máquinas, ha provocado que la gente pierda su empleo y que cada vez se requiera menos mano de obra, siendo un factor que ha motivado cierto descontento, explicó Jorge Hernández Huerta, organizador nacional de la World Robot Olympiad.
No obstante, se ha visto también que esta disciplina ha tenido opiniones y repercusiones positivas para la especie humana, por ejemplo, “un doctor puede echar mano de estos avances tecnológicos para salvar vidas e incluso lo puede hacer a distancia; y cada vez son más las carreras que la están utilizando para mejorar su desempaño”, agregó el especialista.
Al margen de lo anterior —y apostando por el segundo punto de vista—, justamente el objetivo de la WRO en nuestro país es democratizar la robótica entre infancias y adolescencias, resarcir el rezago educativo, empoderarles desde temprana edad como capital humano calificado para el futuro y fomentar la participación de niñas y muchachas adolescentes con el fin de romper la brecha de género que existe en esta disciplina.
“Se ha visto que, en otros años de la competencia, que del total de participantes, 30 por ciento corresponde a mujeres contra el 70 restante de varones”, comentó
El instructor señaló que la Olimpiada Mundial de Robótica es una competencia en donde equipos de entre los 8 y 19 años medirán sus conocimientos para aplicarlos a soluciones de problemas en el mundo real; además, cada emisión de este concurso tiene un tema distinto y el de esta versión lleva por nombre “Aliados de la Tierra”.
La final será en noviembre de este 2024 en Turquía y habrá delegación de México representándonos.
Otro ejemplo de inclusión es Robótica para Colegios, una herramienta pedagógica que ofrece Editorial Aprender STEAM en conjunto con FUNDESTEAM, dirigido en México por Jorge Sánchez Estrada.
Este programa de docencia robótica abarca desde kínder, primaria y secundaria, donde el objetivo es conseguir que desde temprana edad adquieran un pensamiento crítico, lógico y creativo; así como la habilidad de programar para que las infancias y adolescencias proyecten modelos científicos, diseñen robots, desarrollen videojuegos educativos y cuenten historias interactivas mientras aprenden, explicó el experto en educación digital.
Aunque es un plan de estudios dirigido a cualquier tipo de institución educativa, Sánchez Estrada destacó que normalmente son colegios privados los mayormente interesados en adquirirla, por su visión e interés en formar y contratar a nuevos docentes especialistas en STEAM o robótica, promover la creación de laboratorios de este tipo y propiciar la participación en Olimpiadas.
Esta herramienta educativa también busca equipar a las aulas para que construyan robots prácticamente desde preprimaria, virtuales o físicos; y también pretende fomentar la inclusión de toda la información existente sobre robótica para que cualquier niño, niña o adolescente con una computadora pueda explorar su potencial creativo enfocado a la robótica.
Aunque esta iniciativa estuvo en proceso de desarrollo algunos años antes de la pandemia por Covid 19, fue gracias al confinamiento que se decidió sacar el mercado esta herramienta para contrarrestar el rezago educativo que se generó debido a la ausencia de los, las y les jóvenes a las aulas.
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