
La vida de Li Chuangye, un médico de 37 años de la provincia china de Henan, es un testimonio de resiliencia y voluntad. Tras contraer poliomielitis a los siete meses, Li pasó siete años de su infancia mendigando por China, obligado por un explotador que se aprovechaba de su discapacidad. A pesar de haber sido víctima de abusos y de una fallida cirugía en su niñez, Li tomó una decisión que cambiaría su destino a los 16 años: regresar a casa y aprender a leer. Hoy, este médico rural dirige una pequeña clínica, salva vidas y ha encontrado en el alpinismo una vía para fortalecerse, inspirando a millones de personas con su historia de superación.
La Pesadilla de la Mendicidad y el Despertar por la Educación
Li Chuangye nació en una familia humilde y la poliomielitis afectó gravemente su movilidad, obligándolo a desplazarse en cuclillas. Tras el fracaso de una operación que le prometió la capacidad de caminar, cayó en una profunda depresión, pero el amor de su madre lo impulsó a seguir viviendo, no solo por él, sino por su familia. Con solo nueve años, y engañado con la promesa de ganar dinero, Li fue reclutado por un hombre que dirigía una operación de mendicidad. Durante siete años, soportó golpizas y la vergüenza de mendigar en la calle, con su pierna torcida para provocar lástima.

Todo cambió a los 16 años cuando, al tomar un periódico, se dio cuenta de que apenas podía leer su propio nombre. Pensó: «Solo a través de la educación puedo cambiar mi vida». Con el apoyo de sus padres, Li se matriculó en segundo grado de primaria, con compañeros diez años menores. A pesar de las burlas iniciales y las dificultades físicas (como el esfuerzo que le suponía ir al baño), su determinación inquebrantable lo llevó a completar la educación primaria y secundaria en tan solo nueve años.
De la Meta Personal a la Vocación de Médico
Cuando llegó el momento de postularse a la universidad, sus limitaciones físicas lo guiaron hacia los programas médicos. Li pensó que convertirse en médico no solo le permitiría investigar su propia condición, sino también «ayudar a mi familia, salvar vidas y contribuir a la sociedad». Fue admitido a la escuela de Medicina a los 25 años. Aunque las instalaciones eran más accesibles, las clases prácticas y las pasantías fueron un gran desafío debido a su movilidad reducida.
Lo que a otros les tomaba un día, a Li le costaba mucho más tiempo y esfuerzo. Esto lo motivó a buscar formas de fortalecerse, encontrando en el alpinismo una pasión inesperada. En su primera escalada al Monte Tai, tardó cinco días y noches, pero la experiencia lo llenó de confianza y propósito, haciendo de su historia viral una sensación en internet.



