Cuando pensamos en Silvia Pinal lo primero que se nos viene a la mente es su enorme carrera como actriz y su papel como una pieza clave para el cine mexicano, siendo una de las últimas divas de la época del cine de oro. Sin embargo, su talento iba más allá de las cámaras y prueba de ello fue que tuvo un recorrido dentro de la música.
Aunque desde niña sintió fascinación por el entretenimiento y demostró habilidad para escribir y recitar poemas, mucho antes de pensar en convertirse en uno de los rostros más reconocidos del séptimo arte en nuestro país y la televisión, Silvia estaba muy interesada en el canto y así fue como llegó a todo este mundo artístico.
La ópera: El primer intento de Silvia Pinal para brillar
Silvia Pinal dio sus primeros pasos tomando clases de canto con la intención de dedicarse a la ópera. Aunque ya había participado en un certamen de belleza, en el que ganó el título de Princesa Estudiantil de México y cada vez se acercaba más a convertirse en actriz, ella se dedicó a estudiar bel canto, un estilo operístico que se caracteriza por la belleza del sonido y el virtuosismo de la voz.
Con la misma idea en mente, Silvia entró a la academia de música, donde audicionó para conseguir un papel en la ópera La traviata (basada en la novela La dama de las camelias de Alejandro Dumas), pero no consiguió quedarse con el personaje. Luego de dicho fracaso, un maestro le recomendó que tomara cursos de actuación en Bellas Artes y fue ahí donde encontró su verdadera vocación.
A pesar de que su carrera como actriz iba en ascenso a inicios de los 50, Silvia Pinal no se rindió con “la cantada”. Lo decimos porque en esa época le entró al Teatro Bon Soir, un programa musical que se transmitía en el canal 2 de Telesistema Mexicano (ahora conocido como Televisa) donde introdujo por primera vez el uso de playback en la televisión de nuestro país.
Después de esto, Pinal se dedicó por completo a aparecer en películas que marcaron al cine nacional (por acá pueden repasar las más importantes). Sin embargo, años más tarde retomó su pasión por la música y de manera profesional, con ni más ni menos que su tercer esposo, Enrique Guzmán.
En 1968, Silvia Pinal y el cantante de rock and roll sacaron una versión en español de “Somethin’ Stupid”, canción que hicieran famosa Frank Sinatra y su hija, Nancy. Como dueto musical, la pareja continuó lanzando canciones ese mismo año, entre ellas “Amarraditos” y “Adoro”, que curiosamente tuvieron mucho éxito, pues eran muy pedidas en las estaciones de radio y tiendas de discos.
Para 1969 estrenaron su único álbum juntos, Silvia y Enrique, en el que incluyeron rolas como “Tiempo De Amor” y covers en nuestro idioma de canciones como “Real True Lovin’”, “Se M’Innamoro Di Un Ragazzo Come Te” y “It Hurts to Say Goodbye”. Esta fue la primera experiencia como cantante de Pinal en la industria musical nacional.
El paso de Silvia Pinal por los musicales y el disco que sacó junto a Alejandra Guzmán
Tuvieron que pasar los años para que Silvia Pinal volviera a cantar. A inicios de los 70, protagonizó la versión mexicana del musical Mame, donde se quedó con el papel principal y compartió créditos con Evangelina Elizondo. Para este proyecto tuvo que interpretar con su voz la mayoría de las canciones, sorprendiendo una vez más al público con su enorme talento.
A mediados de los 80, Silvia volvió a participar en esta puesta en escena, ahora con la actriz española María Rivas. De ambas producciones se lanzaron discos para que cualquiera que haya encantado con las canciones, las pudiera escuchar las veces que quisiera y claro, una vez más, Pinal brilló cantando y actuando.
Además de los discos que sacaron juntos, de la relación que Silvia Pinal tuvo con Enrique Guzmán y a pesar de que se divorciaron en 1976, nacieron sus hijos, Alejandra y Luis Enrique. Con la primera, la actriz mexicana compartió créditos en la versión que se armó en nuestro país de otro musical, Gypsy (puesta en escena basada libremente en las memorias de la artista de burlesque Gypsy Rose Lee).
Al igual que con Mame, para esta puesta en escena lanzaron un disco con las canciones de la producción, el cual fue especial porque además de cantar, Silvia colaboró en un par de números con Alejandra Guzmán. Desde entonces, Pinal siguió actuando en películas, obras de teatro e incluso conduciendo en la televisión, pero el mundo no volvió a escuchar su voz a tal magnitud.
