19 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Una historia digna de admirar se ha viralizado en León, Guanajuato, donde un hombre de 66 años, llamado José Trinidad Hernández Morales, logró terminar su secundaria gracias a una multa de tránsito. El señor, quien se dedicaba al calzado desde su juventud, fue captado por una fotomulta por exceso de velocidad, y en lugar de pagar la sanción económica, optó por un programa de servicio comunitario que le permitió estudiar y obtener su certificado. Este hecho demuestra que, incluso en los errores, se puede encontrar una oportunidad para superarse y cumplir un sueño.
José Trinidad es el mayor de nueve hermanos y relató que tuvo que dejar la escuela a muy temprana edad para ayudar a su papá a mantener a la familia. Hoy, más de 50 años después, la vida le dio una segunda oportunidad, y él no la desaprovechó. Con un promedio de 8.8, el señor se graduó con honores del Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos de Guanajuato (INAEBA), demostrando que la edad no es una barrera para el aprendizaje. Su familia, orgullosa, ahora lo bromea diciéndole que siga las multas para que «se haga doctor».
Un Programa Pionero que Transforma Multas en Oportunidades
La historia de José Trinidad es parte de un programa pionero en León, Guanajuato, que permite a los infractores de tránsito conmutar sus multas por servicio comunitario. Este programa, que opera desde 2024, fue creado en colaboración entre el Juzgado Cívico y el INAEBA, y busca darle a las personas la oportunidad de culminar sus estudios en lugar de pagar una sanción económica. La iniciativa está dirigida a personas de 15 años en adelante que no hayan terminado la primaria o secundaria, y que hayan recibido alguna infracción de tránsito o administrativa.
El director de Planeación del INAEBA, López Jiménez, destacó que León es el único municipio del estado que cuenta con este tipo de convenio, y que ya se han graduado más de 400 personas gracias a este programa. Los infractores, como el señor José Trinidad, pueden tomar cursos que duran de uno a seis meses y, con ayuda de guías y materiales, pueden estudiar de forma autodidacta para después presentar un examen único que les permite acreditar su nivel de estudios. Este tipo de programas no solo beneficia al infractor, sino que también contribuye a reducir el rezago educativo en la ciudad.
El Apoyo Familiar y la Emoción de José Trinidad al Graduarse
Durante la entrevista, José Trinidad contó que recibió el apoyo de toda su familia, incluso de su hermana Rocío, que falleció por covid-19. Con la voz entrecortada, el señor dijo que estaba seguro de que su hermana estaría contenta y orgullosa de su logro. Este apoyo familiar fue clave para que el señor Trinidad superara los nervios y las dudas que le generaba el volver a estudiar a su edad. De hecho, el señor calificó el día de su graduación como «especial», y se arregló para la ceremonia, demostrando la importancia de este logro en su vida.
Al preguntarle si se animaría a seguir estudiando, el señor dijo que lo pensará, pero con el apoyo de sus sobrinos, es muy probable que lo haga. La historia de José Trinidad es un ejemplo de que nunca es tarde para estudiar, y que las segundas oportunidades pueden llegar de donde menos lo esperas. El programa en León es una muestra de cómo se puede usar la educación como una herramienta para la reinserción social y la transformación de la vida de las personas.
