LONDRES (AP).— Un adolescente que apuñaló fatalmente a tres niñas en una clase de baile con temática de Taylor Swift, en Inglaterra, fue sentenciado ayer a 51 años de prisión por “el crimen más extremo, impactante y excepcionalmente grave”, declaró el juez.
El juez Julian Goose dijo que Axel Rudakubana, de 18 años, “trató y llevó al cabo un asesinato masivo de niñas inocentes y felices”, y planeaba matar a tantas personas como pudiera.
Goose explicó que no podía sentenciar cadena perpetua sin libertad condicional porque Rudakubana tenía menos de 18 años en el momento del crimen.
Pero agregó que el acusado deberá penar 51 años antes de ser considerado para libertad condicional y “es probable que nunca sea liberado”.
El caso de Axel Rudakubana: ¿Qué pasó?
Rudakubana tenía 17 años cuando atacó a las niñas en la ciudad costera de Southport en julio de 2024. Mató a niñas de 6, 7 y 9 años, e hirió a otros ocho menores y dos adultos. El ataque conmocionó al país y desencadenó tanto violencia callejera como reflexión.
El gobierno ha anunciado una investigación pública de por qué el sistema no logró frenar al asesino, quien fue referido a las autoridades varias veces por su obsesión con la violencia.
Rudakubana afrontaba tres cargos de asesinato, 10 por intento de asesinato por los heridos y acusaciones adicionales por poseer un cuchillo, el veneno ricina y un manual de Al Qaeda. El lunes cambió inesperadamente su declaración a culpable de todos los cargos.
Ayer no estuvo en la corte para escuchar la sentencia.
Horas antes fue llevado a la Corte de la Corona de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, vestido con la ropa gris de prisión.
Pero cuando los fiscales comenzaron a exponer las pruebas, Rudakubana interrumpió gritando desde el banquillo que se sentía enfermo y quería ver a un paramédico.
El juez instó a los abogados a continuar, luego ordenó que se retirara al acusado, que seguía gritando. Una persona en la sala de audiencias gritó “¡Cobarde!” cuando Rudakubana era sacado.
Horror en vacaciones
El ataque ocurrió el primer día de las vacaciones de verano cuando dos docenas de niñas “se reunían alrededor de las mesas haciendo pulseras y cantando canciones de Taylor Swift”, dijo la fiscal Deanna Heer al tribunal.
Rudakubana, armado con un cuchillo grande, irrumpió y comenzó a apuñalar a las niñas y a su maestra.
Se lanzó contra cada niña, actuó tan rápido que solo cuando la maestra Leanne Lucas fue apuñalada se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
En el tribunal se mostró un video de Rudakubana llegando al lugar Hart Space en un taxi y entrando al edificio. En segundos, se oyeron gritos y las niñas salieron corriendo del edificio en pánico, algunas de ellas heridas.
New footage released by Merseyside Police shows Axel Rudakubana in the hours leading up to the attack, where he killed three children and injured several others.
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— Sky News (@SkyNews) January 23, 2025
Una niña llegó a la puerta. El atacante la jaló de nuevo hacia dentro. Fue apuñalada 32 veces y sobrevivió.
Hubo sollozos en la corte cuando se reprodujeron los videos.
Rudakubana mató a Alice Da Silva Aguiar, de 9 años; Elsie Dot Stancombe, de 7, y Bebe King, de 6. Otras ocho niñas, de entre 7 y 13 años, resultaron heridas, junto con Lucas y John Hayes, quienes trabajaban en un negocio cercano e intervinieron.
Deanna Heer explicó que dos de las niñas muertas “sufrieron heridas particularmente horribles que son difíciles de explicar como algo diferente a sádicas en su naturaleza”. Una de ellas tenía 122 heridas y otra 85.
La fiscal leyó una declaración de los padres de la pequeña Alice, quienes dijeron que el asesinato de su hija “destrozó nuestras almas”.
“Solíamos cocinar para tres. Ahora solo cocinamos para dos. No parece correcto”, dijeron. “Alice era nuestro motivo para vivir, ¿qué hacemos ahora”.
La obsesión de un asesino
La fiscal dijo que Rudakubana no tenía una causa política o religiosa, pero tenía “una vieja obsesión con la violencia, el asesinato, el genocidio”.
“Su único propósito era matar. Y se dirigió a los más jóvenes y vulnerables de la sociedad”, expresó, mientras los familiares de las víctimas observaban en la sala del tribunal.
Deanna Heer agregó que cuando fue llevado a una estación de policía, se oyó decir a Rudakubana: “Es bueno que esas niñas estén muertas, estoy tan contento, estoy tan feliz”.
El crimen desencadenó días de violencia antinmigrante en todo el país después de que activistas de extrema derecha se aprovecharan de informes incorrectos de que el atacante era un solicitante de asilo que había llegado recientemente al Reino Unido. Algunos sugirieron que el crimen fue un ataque yihadista, y alegaron que la policía y el gobierno estaban ocultando información.
Rudakubana nació en Cardiff, Gales, de padres cristianos de Ruanda, y los investigadores no han podido determinar su motivación.
La policía encontró documentos sobre temas que incluyen la Alemania nazi, el genocidio en Ruanda y coches bomba en sus dispositivos.
En los años previos al ataque, fue reportado a múltiples autoridades por sus intereses y acciones violentas. Todas las agencias fallaron en detectar el peligro que representaba.
Es realmente desgarrador ver este tipo de noticias, donde la violencia afecta a los más inocentes. Aunque la pena de 51 años parece adecuada, me pregunto si realmente eso es suficiente para sanar a las familias de las víctimas. La justicia debería hacer más para prevenir que cosas así vuelvan a pasar. La vida de esas niñas no tenía que terminar de esa manera.
Es realmente desgarrador ver cómo hay personas capaces de hacer daño a niños inocentes. Una sentencia de 51 años puede parecer mucho, pero ¿realmente es suficiente para reparar todo el dolor que causó? Ojalá se implementen medidas para prevenir que algo así vuelva a suceder.
Es muy triste ver que hay personas capaces de cometer actos tan horribles. Aunque la pena sea larga, ¿realmente sirve de algo? Lo que pasó no se puede cambiar y esas familias siempre van a sufrir. Ojalá se haga más para prevenir estas cosas en el futuro.