12 de marzo 2025- En el contexto de los contratos de alquiler, la fianza juega un papel importante tanto para el arrendador como para el inquilino. Es una cantidad de dinero que el arrendador guarda como garantía para posibles imprevistos, como daños a la propiedad o impagos. Sin embargo, en ocasiones puede generar conflictos al final del contrato, cuando el inquilino espera recibir la fianza de vuelta y descubre que el casero ha decidido retener una parte o la totalidad. ¿Pero qué puede llevar a esta situación? Es importante conocer qué acciones pueden poner en riesgo la devolución de la fianza y cómo proteger tus derechos como arrendatario.

¿Por qué se puede perder la fianza?
La fianza no es solo un depósito que se devuelve automáticamente al final del alquiler. Su propósito principal es cubrir posibles daños, impagos o incumplimientos del contrato. En algunos casos, el casero puede decidir no devolverla por diversas razones, y es fundamental entenderlas para evitar sorpresas al finalizar el alquiler.
Dejar muebles en la vivienda sin permiso
Si el contrato establece que el piso se alquila sin muebles, el inquilino tiene la obligación de devolver la propiedad en las mismas condiciones en que la recibió, es decir, vacía. Si decides dejar muebles que no estaban allí originalmente, el propietario puede descontar el costo de retirar esos muebles de la fianza. Las empresas especializadas en vaciado de pisos pueden cobrar desde 50 hasta varios cientos de euros por este servicio, lo cual puede reducir significativamente la cantidad que te devuelvan.
En el caso de que la vivienda estuviera amueblada, también se debe tener cuidado. Si faltan muebles o han sido sustituidos sin la debida autorización, esto puede considerarse un incumplimiento del contrato. El casero tiene derecho a exigir que el inmueble se entregue tal y como estaba en el inventario original.

Entregar la vivienda en mal estado o sucia
El desgaste natural de una vivienda con el tiempo es algo común y no debe ser motivo para descontar dinero de la fianza. Sin embargo, si el propietario considera que el piso no está suficientemente limpio o ha sufrido daños que no se corresponden con el uso normal, puede decidir descontar el costo de una limpieza profunda o de las reparaciones necesarias. Para evitar esta situación, es recomendable hacer una limpieza a fondo antes de entregar las llaves, y si es posible, tomar fotos que muestren que el inmueble está en buenas condiciones.
Daños o desperfectos en la vivienda
Otro motivo frecuente por el que un casero puede quedarse con la fianza es si hay daños que no sean fruto del desgaste normal. Esto incluye roturas en las paredes, suelos o muebles, electrodomésticos dañados por mal uso o incluso problemas de humedad causados por una ventilación deficiente. En estos casos, el propietario puede usar la fianza para cubrir los gastos de reparación. Para evitar este tipo de problemas, lo mejor es notificar al arrendador sobre cualquier desperfecto lo antes posible y, si es necesario, repararlo antes de la entrega de llaves.
¿Cuándo no te pueden descontar dinero de la fianza?
Aunque existen situaciones donde el casero puede retener parte de la fianza, hay otras en las que no puede hacerlo, incluso si alega gastos imprevistos. Por ejemplo, si el inmueble ya contaba con muebles de antiguos inquilinos que nunca fueron retirados, no se puede descontar dinero por ese concepto. Tampoco se puede descontar si hay un acuerdo previo entre el inquilino y el propietario para dejar ciertos muebles para el siguiente inquilino, siempre que quede reflejado por escrito.
Además, si entregas la vivienda en el mismo estado en que la recibiste, con el desgaste habitual por el uso, no debe haber ningún motivo legítimo para que el propietario retenga la fianza. En estos casos, cualquier intento de retener dinero de manera injustificada puede ser reclamada por el inquilino.
El plazo para devolver la fianza
Según la legislación vigente, el propietario tiene un plazo de un mes para devolver la fianza una vez finalizado el contrato y entregadas las llaves. Si el casero no devuelve el dinero en este plazo o lo hace sin justificación, el inquilino puede exigir que se le devuelva la cantidad correspondiente, incluso con intereses.
Si el casero se niega a devolver la fianza o aplica descuentos injustificados, el inquilino tiene derecho a recurrir a la vía legal. En muchos casos, basta con enviar un burofax exigiendo la devolución para que el propietario rectifique. Sin embargo, es importante que tanto arrendadores como inquilinos estén bien informados sobre sus derechos y obligaciones para evitar malentendidos al final del alquiler.