
El presbítero Alberto Anguiano García presentó su renuncia como rector de la Universidad Pontificia de México (UPM), argumentando haber sido víctima de “acoso laboral y violencia institucional”. En una carta dirigida al arzobispo primado de México y gran canciller de la UPM, Carlos Aguiar Retes, Anguiano García denunció que el nuncio apostólico, Joseph Spiteri, le informó sin justificación y al margen de todo procedimiento institucional que había sido nombrado un rector interino. El Dicasterio para la Cultura y la Educación designó a Pedro Benítez Mestre, del clero de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, para un periodo de dos años.
En su misiva, Anguiano García señaló que este nombramiento evidencia un comportamiento arbitrario por parte de sacerdotes de la Residencia de profesores, algunos trabajadores y la nueva comisión de obispos para la UPM, quienes habrían actuado para proteger sus intereses particulares en detrimento de la institución educativa. Además, expresó su decisión de renunciar también a su servicio docente en la UPM, ya que no podía tolerar que las autoridades eclesiásticas siguieran permitiendo y encubriendo los abusos en contra de su dignidad y derechos.
Anguiano García, originario de la Arquidiócesis de Monterrey, asumió la rectoría de la UPM en agosto de 2021, en sustitución del sacerdote Mario Ángel Flores Ramos, quien estuvo al frente de la institución durante nueve años. Licenciado en Teología Dogmática por la UPM y doctor en la misma especialidad por la Universidad Gregoriana de Roma, Anguiano García es fundador de la Asociación Mexicana de Teología Dogmática y miembro fundador de la Academia Mexicana de Teología.
La renuncia de Anguiano García se produce en un contexto de tensión institucional en la UPM, donde se han señalado irregularidades en la gestión y en los procesos internos. La designación de un rector interino por parte del Dicasterio para la Cultura y la Educación ha generado controversia y cuestionamientos sobre la transparencia y la autonomía de la institución.