
24 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL- Un nuevo apagón dejó este jueves a gran parte de Cuba sin electricidad, profundizando la crisis energética que mantiene a millones de ciudadanos sometidos a cortes diarios de hasta 20 horas. El colapso afectó no solo a viviendas, sino también a hospitales, centros educativos y sectores productivos clave, generando un nuevo episodio de desesperación en una población que ya vive con un servicio eléctrico precario.
La dictadura cubana atribuyó el fallo a una “oscilación en la red” provocada por la avería en una central termoeléctrica del oriente del país, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem). Sin embargo, la explicación no logró calmar el descontento. En redes sociales y medios alternativos, ciudadanos denunciaron que la situación se ha vuelto insostenible, mientras el Gobierno promete una “recuperación breve” que rara vez se cumple en la práctica.

Infraestructura obsoleta y falta de mantenimiento
De acuerdo con informes oficiales, el apagón se originó por un “disparo automático de frecuencia”, un mecanismo que apaga generadores cuando la corriente baja a niveles peligrosos. Pero el trasfondo es mucho más complejo: la infraestructura eléctrica de Cuba enfrenta décadas de abandono, falta de inversión y equipos obsoletos que ya cumplieron su vida útil. Muchas plantas operan a menos del 50% de su capacidad o directamente están fuera de servicio por falta de repuestos y combustible.
Los cortes eléctricos no son nuevos, pero se han vuelto más prolongados y frecuentes. En los últimos 12 meses, Cuba ha registrado al menos cinco apagones nacionales totales y decenas de cortes regionales. Las autoridades energéticas habían advertido de interrupciones generalizadas antes de este último colapso, confirmando que más de la mitad del país quedaría sin servicio durante los picos de consumo.
Energía solar sin respaldo y un sistema colapsado
En un intento por mitigar la crisis, el Gobierno cubano ha inaugurado 32 parques solares en lo que va del año. Si bien representan un paso hacia las energías limpias, los expertos señalan que el impacto es mínimo debido a la falta de baterías que permitan almacenar energía. Esto limita su funcionamiento a las horas de sol y deja al país vulnerable durante las noches o ante picos de demanda.

Los especialistas consultados por medios independientes coinciden en que el sistema eléctrico requiere una inversión estimada entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para su recuperación. Sin embargo, la economía nacional atraviesa una recesión prolongada, lo que hace prácticamente imposible alcanzar esa cifra sin apoyo internacional o reformas estructurales profundas.
El régimen de Miguel Díaz-Canel insiste en culpar a las sanciones de Estados Unidos por la escasez de recursos y piezas de reemplazo. No obstante, organismos como la CEPAL señalan que la crisis tiene raíces internas, vinculadas a la centralización económica, la ineficiencia estatal y la falta de planificación. El PIB cubano cayó 1,1% en 2024, acumulando una contracción del 11% en los últimos cinco años.

El impacto social es devastador. Los apagones han impulsado protestas en distintas provincias y revivido el recuerdo de las manifestaciones masivas de 2021. En ciudades como La Habana y Santiago, los ciudadanos expresan su frustración ante la falta de respuestas y las promesas incumplidas. “No se puede cocinar, no se puede trabajar, no se puede vivir así”, denunció una residente en redes sociales.








