
El futbolista Jesús Manuel “Tecatito” Corona continúa en duda para el próximo duelo de Rayados de Monterrey, lo que genera incertidumbre en el equipo regiomontano. El domingo pasado el jugador presentó una molestia muscular en el muslo posterior durante el entrenamiento y no pudo enfrentar a Pumas UNAM.
Aunque el lunes entrenó junto al resto del plantel, el departamento médico aún no ha otorgado el aval definitivo para que tenga minutos de juego, por lo que su participación depende de su evolución en las próximas horas.
Estado físico y escenario del club
El estratega Domènec Torrent comandó una sesión enfocada en la parte física en las instalaciones de El Barrial, con miras al compromiso frente FC Juárez. En este contexto, la posible ausencia de Corona no solo afecta la ofensiva del equipo, sino también la moral del vestidor: el club está en un calendario apretado, con tres partidos en menos de diez días, por lo que cualquier baja tiene un impacto mayor. En este sentido, su continuidad en duda representa una doble preocupación: por un lado la parte deportiva, al perder a un jugador de experiencia; por otro, la logística de rotación en un plantel que ya enfrenta fatiga acumulada.
Impacto ofensivo si no juega Corona
La ausencia de Corona supondría que los Rayados pierdan a un extremo capaz de generar desequilibrio, deseado a lo largo de la temporada. En el Liga MX, Corona se había destacado como máximo asistidor en el Clausura 2025, lo que resalta su valor más allá de los goles.
Por lo tanto, el técnico tendrá que recurrir a otras opciones para abrir la ofensiva, y el riesgo es que las alternativas no tengan la misma experiencia ni confianza en momentos de presión. Sus registros de asistencias y participación ofensiva indican que su presencia en el campo incide positivamente en el rendimiento del equipo.
En suma, la duda sobre su titularidad no es un simple contratiempo, sino un problema que podría debilitar el plan de juego para un partido clave.
Perspectiva del club y del jugador
Desde el club, la idea es manejar con cautela su condición física para evitar una recaída que pueda alargar la ausencia. Por parte de Corona, se trata de un momento en que debe responder tanto para recuperar el ritmo como para reafirmar su importancia en el equipo. Su involucramiento reciente en torneos internacionales demuestra que aún puede dar mucho, pero esta molestia llega en un momento crítico.
Además, su situación abre interrogantes sobre la plantilla completa: la competencia por puestos se intensifica, y cualquier bajón físico o de forma puede repercutir en su protagonismo. La directiva y el cuerpo técnico deberán evaluar si arriesgar su participación o preservarlo pensando en compromisos futuros prioritarios.
El riesgo para Rayados es claro: forzar la entrada de Corona sin plena recuperación podría salir caro —desde una recaída física hasta un bajo rendimiento que comprometa el partido. Por tanto, la decisión del cuerpo técnico debe equilibrar la urgencia del resultado con la salud del jugador.
A su vez, los aficionados y analistas pueden plantear la pregunta de fondo: ¿depende tanto el equipo de un solo jugador que su estado condiciona tanto la estrategia? Es momento de reflexionar sobre la profundidad del plantel, la rotación, y la planificación a mediano plazo. En equipos que apuntan a lo más alto, la versatilidad y la robustez del recurso humano suelen marcar diferencias.