13 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, reconoció públicamente que las tropas norcoreanas desplegadas en territorio ruso realizaron tareas de desminado en la región de Kursk, una zona cercana al frente del conflicto con Ucrania. De acuerdo con su discurso, esta área pasó de ser considerada altamente peligrosa a una zona segura en menos de tres meses, lo que subraya la relevancia estratégica de la misión encomendada a los soldados norcoreanos enviados este año.
Las declaraciones se produjeron durante un acto oficial de bienvenida a una unidad de ingenieros del Ejército Popular de Corea, quienes regresaron tras una misión que inició en agosto y se extendió por 120 días. En una intervención poco frecuente, Kim destacó la disciplina y el compromiso de las fuerzas norcoreanas, señalando que incluso durante los descansos escribían cartas a sus comunidades de origen, lo que buscaba reforzar la imagen de sacrificio y lealtad promovida por el régimen.
Kim Jong-un informó que durante esta misión fallecieron nueve integrantes de la unidad, una cifra que fue presentada como prueba del alto riesgo que implicaron las tareas de desminado. En respuesta, anunció condecoraciones al 528º Regimiento de Ingenieros y a los combatientes caídos, con el objetivo de inmortalizar lo que describió como hazañas bélicas y actos de valentía de las tropas norcoreanas en suelo extranjero.
Las imágenes difundidas por medios estatales muestran a Kim Jong-un abrazando a militares heridos que se desplazaban en sillas de ruedas, así como consolando a familiares de los soldados fallecidos. Estas escenas forman parte de una narrativa cuidadosamente construida para destacar el costo humano asumido por los soldados norcoreanos y reforzar el mensaje de unidad nacional frente a una misión presentada como histórica.
Repercusiones internacionales por el despliegue de tropas norcoreanas
Durante años, la participación directa de las tropas norcoreanas en la guerra de Ucrania fue objeto de especulación y reportes de inteligencia occidental. Estados Unidos y Corea del Sur habían señalado desde hace tiempo la presencia de efectivos norcoreanos apoyando a Rusia, algo que Pyongyang tardó meses en confirmar de manera oficial, manteniendo el hermetismo que caracteriza su política exterior.
Según estimaciones de los servicios de inteligencia surcoreanos, alrededor de 15 mil soldados norcoreanos habrían sido enviados a Rusia desde octubre del año pasado, con un saldo aproximado de 2 mil fallecidos. Aunque Pyongyang reconoció el despliegue hasta abril, nunca ha revelado cifras exactas ni detalles completos sobre las misiones realizadas por las fuerzas norcoreanas, más allá de actos simbólicos como ceremonias y homenajes públicos.
En julio, los medios estatales difundieron imágenes de ataúdes cubiertos con banderas norcoreanas, presuntamente de militares muertos en el extranjero. Un mes después, Corea del Norte celebró por primera vez una ceremonia oficial para condecorar a combatientes que participaron fuera de sus fronteras, reforzando la idea de que la actuación de las tropas norcoreanas en Rusia representa un precedente histórico para el país.
El presidente ruso, Vladímir Putin, agradeció públicamente a Kim Jong-un la participación de los soldados norcoreanos durante un encuentro en Pekín en septiembre pasado. Moscú destacó que no olvidará las bajas sufridas por estas fuerzas en Kursk, en el marco de un acercamiento estratégico que culminó en un acuerdo de defensa mutua firmado en junio de 2024.
