
CIUDAD DE MÉXICO (El Universal).— Una reducción de la jornada de trabajo debe garantizar equilibrios entre la productividad, la vida laboral y la viabilidad empresarial, por lo que todo cambio tiene que ser producto del diálogo público-privado y no como parte de una medida unilateral que genere riesgos, dijo la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
En un comunicado el sindicato patronal señaló que “no es momento de decisiones unilaterales, ni de imposiciones políticas. Es tiempo de construir acuerdos que garanticen el equilibrio entre productividad, mejoras en las condiciones laborales y viabilidad empresarial”.
Planteó “establecer excepciones razonables para actividades específicas, que por su naturaleza requieren esquemas distintos, con el fin de evitar impactos negativos que puedan traducirse en pérdida de empleos o aumento en la informalidad”.
Explicó que si se hace el cambio sin considerar la realidad de cada rama productiva “sería ignorar las condiciones de millones de pequeños negocios que operan al límite y sostienen gran parte del empleo nacional”.
Pidió que todo cambio se haga “con base en datos, y considerando el difícil contexto económico actual que enfrentan el país y las empresas, en particular las micro, pequeñas y medianas, que constituyen el motor del empleo formal en México”.
Expuso que participarán en las mesas de trabajo y se sumarán como lo hicieron con los aumentos al salario mínimo, la reforma de pensiones, el incremento de las vacaciones y la regulación de la subcontratación.
Por su parte, la coordinadora de los diputados de Movimiento Ciudadano, Ivonne Ortega, hizo un llamado al gobierno federal para no postergar más la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, luego del reciente anuncio que plantea esta meta hacia el año 2030. Consideró que dicha fecha representa una demora innecesaria.
Es bueno que se pida un diálogo antes de hacer cambios importantes, como reducir la jornada laboral. La verdad, imponer algo sin consultar puede causar más problemas de los que resuelve. Es mejor que todos estén de acuerdo para que no se afecte a los trabajadores ni a las empresas.
Es importante que se escuchen todas las voces antes de hacer cambios tan grandes como reducir la jornada laboral. No se puede decidir algo así sin hablar con los que realmente están en el día a día, porque al final, pueden salir perjudicados los trabajadores y las empresas. Un buen diálogo podría ayudar a encontrar un equilibrio que beneficie a todos.
Es importante que se escuchen todas las voces antes de hacer cambios grandes en las jornadas laborales. Si no se dialoga bien, se pueden generar problemas que afecten a muchos trabajadores y a la economía en general. La idea de reducir horas suena bien, pero hay que asegurarse de que todos estén de acuerdo y que no se ponga en riesgo el empleo de nadie.