En un momento crucial para el Partido Acción Nacional, que busca consolidarse como un contrapeso efectivo a nivel nacional, una nueva fisura interna ha surgido, esta vez en el estado de Campeche. La ausencia de dos diputados panistas en una votación clave del Congreso local ha sembrado la duda y generado una profunda molestia en la militancia, pues su inasistencia benefició directamente a Morena. Este episodio ha encendido las alarmas en la dirigencia nacional y pone en tela de juicio la capacidad de control y cohesión de la cúpula del partido. La situación expone una vez más la crisis del PAN para mantener la disciplina en sus filas.
Fuentes cercanas a la dirigencia blanquiazul, a cargo de Jorge Romero, señalan que estos hechos socavan la narrativa de que el partido es una oposición unida y fuerte frente al oficialismo. La falta de control en estados como Campeche demuestra que la crisis de liderazgo del PAN es más profunda de lo que parece. La militancia y los simpatizantes observan con preocupación cómo las acciones de sus representantes locales no se alinean con el discurso nacional de unidad y firmeza, generando un clima de desconfianza que se propaga rápidamente por todo el país.
Un gesto de deslealtad que profundiza la crisis del PAN
El caso que ha provocado esta reciente crisis política del PAN gira en torno a los diputados Joshué Rodríguez Golib y María Cruz Hernández, quienes se ausentaron de manera estratégica durante la votación de una ley clave sobre la limitación al derecho de propiedad. Esta iniciativa, que había sido firmemente rechazada por el PAN a nivel nacional, fue aprobada gracias a la falta de quórum de la oposición. Para la base panista, la ausencia fue vista como un claro acto de traición, una concesión a Morena que pone en evidencia la falta de lealtad de sus legisladores hacia los principios del partido.
La indignación se multiplicó al conocerse que uno de los diputados ausentes fue visto en un partido de béisbol mientras se realizaba la votación. Este gesto, percibido como una burla, ha cimentado la creencia de que hay legisladores que se preocupan más por su comodidad personal que por las causas de su partido. El murmullo ya no es solo local, sino que ha llegado a la dirigencia nacional, que ahora debe enfrentar el dilema de cómo disciplinar a estos diputados sin causar una fractura aún mayor. Este episodio muestra una profunda crisis de valores dentro del PAN.
El futuro incierto del PAN
Este incidente no es un hecho aislado, sino un síntoma de un problema estructural que enfrenta el PAN en su intento por consolidarse como un verdadero contrapeso político. La crisis interna del PAN en Campeche pone a prueba a su dirigente nacional, Jorge Romero, quien debe demostrar si tiene la autoridad suficiente para restaurar la disciplina. Las especulaciones sobre si estos diputados están «coqueteando» con Morena no son infundadas, y de confirmarse un cambio de bancada, el partido sufriría un golpe significativo en un estado clave.
La situación actual del PAN refleja una falta de cohesión interna que lo hace vulnerable a los intereses de otros partidos. Un enfoque crítico sobre este suceso indica que el problema no es solo la rebeldía de dos diputados, sino la ausencia de mecanismos sólidos de control y lealtad que permitan a la dirigencia mantener a sus legisladores alineados. En un sistema político tan polarizado, la capacidad de un partido para actuar como un bloque unido es vital para su supervivencia y su influencia. Si el PAN no logra resolver estos conflictos internos, corre el riesgo de perder más espacios y credibilidad ante la ciudadanía.
