
ROMA, 1 de mayo de 2025 (EFE).– A sus 86 años, Raniero Mancinelli ha vestido a los últimos tres Papas y prepara ya el traje del próximo Pontífice en una sastrería única en el mundo, que puede presumir también de vestir a la curia que formará parte del próximo cónclave, reunida desde el 7 de mayo para elegir al sucesor de Francisco.
Tres vestimentas para el futuro Papa
En tres tamaños diferentes, Mancinelli, el sastre que viste a los Papas, corta y cose a mano, en su icónica tienda del centro de Roma, el próximo traje papal.
“Estoy preparando tres tallas diferentes de modo que puedan servir para cualquier cuerpo, sea quien sea el próximo Papa”, revela el sastre Mancinello en una entrevista con EFE.
Desde Juan Pablo II, Benedicto XVI y hasta Francisco, Raniero Mancinelli (Roma, 1939) puede presumir de haber vestido a los últimos pontífices de la Santa Sede en su coqueta sastrería Mancinelli Clero, que él mismo inauguró en el barrio romano de Borgo Pío en 1962.
Por su taller, ubicado a escasos 300 metros de los muros vaticanos, pasan todo tipo de religiosos y eclesiásticos, pero también curiosos, sabendores de la excepcionalidad de un modisto que trabaja las telas siempre de forma artesanal.
“Qué bien recibiros. Como veis, no paramos estos días”, dice al saludar.
El cónclave de 2025
Y es que la preparación para el cónclave que comienza el próximo 7 de mayo y en el que participarán 133 cardenales, mantiene la tienda llena de purpurados deseosos de poner a punto sus casullas y sotanas, además de estrenar otras nuevas para una cita que es muy especial para ellos.
“Muchas peticiones, no sabría decirte cuánto ha aumentado, pero mucho movimiento de sacerdotes y cardenales, incluso de peregrinos que quieren algún recuerdo”, indica Raniero Mancinnelli.
“Para el cónclave los cardenales necesitan ropa nueva… a alguno le falta la faja, a otro el solideo (gorro), a otro la parte del cuello…”, explica.
Días frenéticos antes del cónclave
El negocio familiar vive un ritmo frenético estos días.
Tres generaciones de Mancinelli, con el abuelo, su hija y su nieto, atienden sin descanso a los múltiples religiosos que se prueban la ropa y cambian de postura frente al espejo.
Además de los peregrinos que llegan en busca de un rosario, una cruz o algún accesorio litúrgico para llevarse como recuerdo de su visita a Roma, que este año espera hasta 30 millones de personas por el Jubileo de la Esperanza, el gran evento católico que se celebra cada 25 años.
Con una cinta métrica colgada del cuello, y un par de agujas en el bolsillo de la camisa, Raniero Mancinelli se mueve con pasión, lleno de vivacidad y energía: mide, corta, prueba telas en los clientes y todo a una velocidad asombrosa y con especial mimo y detalle.
El sastre que viste al Papa recuerda a Francisco
Aunque ya alista la vestimenta para el próximo Papa, no se olvida de Francisco.
“Era muy sencillo, se contentaba con facilidad porque no quería cosas muy refinadas”, recuerda el sastre que viste al Papa.
“Modesto y muy alegre. Las pocas veces que le he visto he tenido una grandísima relación con él. Conmigo era jovial y sonriente y tenía mucho gusto”, comparte Raniero Mancinelli.
Es impresionante ver cómo una tradición tan antigua sigue viva, y que alguien como Raniero Mancinelli, con tanta experiencia, esté detrás de la vestimenta de los Papas. Sin embargo, me parece un poco raro que, en vez de enfocarse en temas más urgentes y relevantes de la Iglesia, estemos hablando de trajes. Tal vez sería bueno que la atención se centre más en lo que realmente importa para la comunidad.
Es impresionante ver cómo una tradición tan antigua como la de vestir a los Papas sigue viva y en manos de alguien con tanta experiencia como Mancinelli. Sin embargo, me pregunto si no es un poco exagerado el enfoque en la vestimenta del nuevo Papa. Al final del día, lo que realmente importa es su mensaje y su liderazgo, no solo su atuendo.
Es impresionante cómo un sastre puede tener tanto peso en la historia de la Iglesia. Es bonito ver que hay tradiciones que se mantienen, pero también me parece un poco raro que la vestimenta del Papa sea tan importante en todo esto. Al final, lo que importa son sus acciones y mensajes, no solo el traje que lleve puesto.