
Ayer por la noche, SpaceX lanzó un nuevo cohete y, para gozo de los que ya les cae gordo Elon Musk, no salió bien… de nuevo, el cohete Starship explotó en pleno vuelo de prueba.

Autoridades aéreas de Estados Unidos exigen que se aclare motivo de explosión de Starship
El vuelo se ejecutó a las 18:30 de ayer, 6 de marzo, en la central que tiene SpaceX en Starbase, en Texas. “El vehículo experimentó un desmontaje rápido no programado [o sea, explotó] y se perdió el contacto”, explicó la empresa de Musk en un mensaje difundido en su otra empresa, X.
Debido a lo sucedido con la nave de SpaceX, el tráfico aéreo en la zona tuvo que ser desviado… cosa que no lo tomó muy bien la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, la cual reclamó una investigación que ayude a explicar el accidente… y evitar que vuelva a pasar.

Lo reclamado por la autoridad federal no es mala idea, sobre todo porque en un vuelo de prueba pasado (el séptimo realizado por la empresa de Musk, en enero pasado), ocurrió exactamente lo mismo.
Empresa de Elon Musk dice que aprende de errores como este
“El éxito proviene de lo que aprendemos, y el vuelo de hoy ofrecerá lecciones adicionales para mejorar la fiabilidad de Starship”, aseguró la empresa aeronáutica.
De acuerdo con SpaceX, el último contacto que se tuvo con su nave Starship fue unos nueve minutos después del despegue y, bueno, pese a lo aparatoso de la explosión y el espectáculo de fuego en el aire que le sucedió, no hubo vidas que lamentar: el cohete era no tripulado (no esta vez) y la empresa de Musk se cercioró de realizar la prueba en un corredor que mantenía a salvo todo en Tierra.

“Cualquier fragmento habría caído dentro del Área de Respuesta a Escombros previamente planificada”, aseguró SpaceX.
Por otra parte, la firma explicó que los restos que cayeron a la Tierra no contienen materiales tóxicos… y claramente no representará ningún problema para las especies marinas ni en la calidad del agua.