WASHINGTON (AP).— El presidente Donald Trump ordenó ayer martes a su gobierno considerar posibles aranceles sobre el cobre, el último movimiento de la Casa Blanca para gravar una amplia gama de importaciones y reconfigurar el comercio global.
“Tendrá un gran impacto”, dijo el presidente estadounidense antes de firmar la orden ejecutiva para analizar las importaciones de este metal.
En una llamada con reporteros, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, describió la medida como un intento de impedir que China expanda su sector del cobre y atender una vulnerabilidad más amplia en la seguridad nacional.
También existe, dijo, el deseo de restaurar la minería, fundición y refinación del cobre en el país, dadas las posibles necesidades militares y tecnológicas.
Trump ha afirmado durante mucho tiempo que sus objetivos comerciales son garantizar que las importaciones sean iguales en tamaño a las exportaciones, para que Estados Unidos no tenga déficits comerciales.
Sin embargo, EE.UU. tiene un superávit con el cobre, y el gobierno ve un riesgo para la seguridad nacional a partir de las previsiones de oferta y demanda.
El año pasado, Estados Unidos exportó 11,300 millones de dólares en cobre e importó 9,600 millones de dólares del metal, según la Oficina del Censo.
El índice de minería de cobre, níquel, plomo y zinc de la Reserva Federal (Fed) alcanzó su punto máximo en 1998, desde entonces ha caído más de 30%.
Trump ha eliminado por separado las exenciones de sus aranceles del 2018 sobre el acero y el aluminio. También planea imponer aranceles del 25% a todos los productos importados de México y Canadá, y gravar los productos energéticos canadienses, como el petróleo y la electricidad, al 10%.
El presidente de Estados Unidos también ha prometido un conjunto más amplio de aranceles para igualar las tasas que el gobierno de Estados Unidos dice que otros países cobran, así como aranceles específicos sobre automóviles, chips de computadora y medicamentos.
Los aranceles más amplios de Trump sobre hasta tres billones de dólares en importaciones han generado preocupaciones entre los economistas por la posibilidad de precios más altos y de una desaceleración en la economía.
Aun así, el cobre es un componente relativamente modesto del comercio y por sí solo es poco probable que genere preocupaciones inflacionarias más amplias.
Es un poco preocupante que se estén considerando aranceles al cobre, porque eso podría encarecer muchos productos que usamos a diario. A veces, estas medidas proteccionistas terminan afectando más a los consumidores que a las industrias que se supone que están defendiendo. Ojalá piensen bien las cosas antes de tomar decisiones que nos impacten a todos.