
Desde el Salón de Tesorería del Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó su tradicional conferencia matutina de este lunes 25 de agosto de 2025. Con un tono firme pero mesurado, abordó temas delicados que cruzan tanto la agenda nacional como la internacional, en una mañanera que combinó mensajes de control institucional con iniciativas de transformación social.
Uno de los momentos más relevantes fue su postura ante el caso de Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, quien enfrenta una audiencia clave en Estados Unidos donde podría declararse culpable. Ante las preguntas sobre una posible implicación de figuras mexicanas o declaraciones que pudieran tener impacto en México, Sheinbaum fue clara: cualquier testimonio debe ser verificado y probado antes de generar conclusiones. Así, reafirmó su compromiso con la soberanía judicial del país y evitó caer en especulaciones mediáticas o filtraciones sin sustento.
En este contexto, la presidenta dejó en claro que en México no hay inquietud sobre lo que se pueda declarar en cortes extranjeras, siempre y cuando no existan pruebas formales. La respuesta, aunque breve, refleja la estrategia del gobierno federal: mostrarse prudente ante temas sensibles y mantener la narrativa de estabilidad frente a casos internacionales de alto perfil.
Otro tema que acaparó atención fue la liberación del boxeador Julio César Chávez Jr., quien recientemente fue puesto en libertad por decisión judicial. Ante el cuestionamiento, Sheinbaum evitó profundizar, limitándose a decir: “Fue lo que decidió el juez”, una declaración que, si bien escueta, refuerza su intención de no intervenir ni opinar sobre decisiones del Poder Judicial, subrayando la independencia de los órganos del Estado.
Pero no todo giró en torno a justicia o crimen organizado. Sheinbaum también aprovechó el espacio para destacar avances sociales y educativos. Habló con especial énfasis del modelo «Mi derecho, Mi lugar», un programa federal que busca garantizar el acceso equitativo a la educación en todos los niveles. Con esta iniciativa, el gobierno pretende ofrecer más oportunidades a niñas, niños y adolescentes, especialmente en comunidades vulnerables, para reducir la desigualdad y ampliar el horizonte formativo de las nuevas generaciones.
Este modelo educativo forma parte de una estrategia más amplia que busca consolidar el bienestar desde la base: la educación. En palabras de la presidenta, se trata de “una política que pone a la niñez en el centro de la transformación”. En contraste con los temas judiciales y de seguridad, este punto dio un tono más social y propositivo a la conferencia, mostrando una visión de país en donde la justicia y la educación pueden y deben avanzar en paralelo.