15-Julio-2025.-Lo que empezó como un gesto de amor por los animales, se ha convertido en una pesadilla para la familia que dirige el albergue Pergatuzoo, en Nicolás Romero, Estado de México. Desde marzo de 2024, los cuidadores del refugio han sido víctimas de extorsiones y amenazas por parte de una célula del CJNG, que les exige 50 mil pesos mensuales bajo amenaza de incendiar el lugar y asesinar a los animales rescatados.
En entrevista con MILENIO, Miguel, hermano de Ana, fundadora del refugio, detalló cómo comenzaron las intimidaciones. Al principio, se trataba de un supuesto “cobro de estacionamiento” de 50 pesos, pero con el paso de los días, el monto escaló a 25 mil pesos, acompañado de amenazas directas y la autodenominación de los extorsionadores como miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El albergue, que resguarda cerca de 3 mil ejemplares entre perros, gatos, burros, cerditos y otros animales vulnerables, ha vivido en constante miedo. El crimen organizado, según denuncian, opera con presunta complicidad de la policía municipal, situación que quedó evidenciada tras un operativo conjunto entre la Guardia Nacional y la Marina, desplegado luego de que el caso fuera mencionado por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera.
El operativo, nombrado “Enjambre”, reveló que varios policías municipales estarían coludidos con las células criminales que hostigan al refugio. Esta intervención temporal logró frenar las amenazas por un tiempo, pero la pesadilla volvió semanas atrás, cuando nuevamente los criminales comenzaron a exigir un pago mensual ahora de 50 mil pesos, lo que claramente representa un acto de “derecho de piso”.
Como valor agregado, este caso pone en evidencia la crisis de inseguridad que enfrentan organizaciones civiles y albergues en México, incluso aquellos dedicados a labores altruistas y sin fines de lucro. Refugios como Pergatuzoo, que sobreviven gracias a donaciones y trabajo voluntario, no solo cargan con el peso económico de alimentar y cuidar a miles de animales, sino que ahora enfrentan al crimen organizado sin garantías reales de protección permanente.
