
20 DE JUNIO-Las llamadas #ciudadesdemisiles de #Irán son una muestra clara de la estrategia militar del país para proteger su arsenal y mantener en alerta a sus rivales. Siguiendo la filosofía de Clausewitz de usar el terreno como aliado, el ejército iraní ha construido una vasta red de túneles y bases bajo montañas escarpadas. Estas instalaciones, según sus comandantes, no son simples almacenes: sirven también como fábricas para producir y mantener listos cohetes balísticos y de crucero.
En videos difundidos por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), se observa cómo camiones cargados con lanzaderas de misiles se mueven en túneles profundos y luego disparan cohetes desde zonas costeras. Esta infraestructura subterránea permite a Irán almacenar misiles como el Sejjil, Emad o Haj Qasem, capaces de llegar a objetivos situados a más de 2,000 kilómetros, incluyendo territorio israelí.

Difícil de encontrar, difícil de destruir
Expertos como Behnam Ben Taleblu y Patrycja Bazylczyk coinciden en que uno de los mayores retos para Israel o Estados Unidos es localizar estas “ciudades de misiles”. Aseguran que incluso con bombas de gran potencia, destruirlas por completo sería complicado, debido a que están construidas a profundidades de hasta 500 metros y reforzadas con varias capas de concreto. Aun así, la superioridad aérea israelí podría atacar las bahías de lanzamiento y neutralizar parte del arsenal.
El general Amir Ali Hajizadeh, quien presentó una de estas bases antes de morir en la actual ofensiva israelí, presumía que Irán tiene “muchas” de estas ciudades, repartidas estratégicamente para garantizar capacidad de respuesta. Esto significa que, aunque Israel logre destruir algunas, siempre habrá otras listas para lanzar misiles y drones armados.
El uso reciente del Sejjil, un misil balístico de largo alcance, confirma que Irán sigue dependiendo de estas bases para contrarrestar los ataques israelíes. Informes del Instituto de Estudios de la Guerra (ISW) destacan que, aunque la defensa antiaérea israelí ha interceptado varios cohetes, la amenaza persiste mientras exista esta red subterránea.
El conflicto actual ha puesto de nuevo sobre la mesa la relación entre estas bases y el polémico programa nuclear de Irán. Investigadores como Sidharth Kaushal sostienen que, aunque no hay conexión directa comprobada, los misiles almacenados en estas bases podrían ser adaptados para transportar ojivas nucleares si Teherán decide dar ese paso. Un escenario que preocupa a la comunidad internacional y, sobre todo, a Israel.
A pesar de los intensos bombardeos israelíes que han destruido parte de las lanzaderas móviles y defensas aéreas iraníes, analistas coinciden en que las “ciudades de misiles” siguen siendo un factor de peso en el tablero militar de Oriente Medio. Su existencia obliga a Israel a mantener vigilancia constante y a invertir recursos para neutralizar posibles ataques a su territorio.

Me parece bien que se hable de este tema, pero a veces siento que no se le da la importancia que merece. Es un asunto que afecta a muchos y debería estar en la agenda de todos.