
30 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL-El cierre del gobierno federal en Estados Unidos ya muestra un impacto profundo en la economía nacional, con pérdidas estimadas entre 7.000 y 14.000 millones de dólares, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés). Este organismo advierte que la parálisis podría reducir el Producto Interno Bruto (PIB) entre uno y dos puntos porcentuales durante el cuarto trimestre de 2025, afectando tanto al empleo como al consumo interno.
La CBO explicó que gran parte de esta caída se debe a la falta de pago a los trabajadores federales y a la suspensión de programas sociales, como la entrega de beneficios alimentarios a familias de bajos recursos. Aunque se espera que la actividad económica repunte cuando el gobierno reanude sus funciones, los analistas señalan que las horas laborales perdidas representan un daño irreversible para el PIB real.

El director de la CBO, Phillip Swagel, informó que el impacto del cierre se revertirá en su mayoría, pero no por completo. En una carta dirigida al presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara, Jodey Arrington, destacó que la recuperación dependerá directamente de la duración del conflicto político en el Congreso. Si el cierre termina esta semana, las pérdidas se limitarían a unos 7.000 millones de dólares; sin embargo, si se prolonga hasta finales de noviembre, la cifra podría alcanzar los 14.000 millones.
Arrington responsabilizó a los demócratas por la falta de acuerdos, afirmando que “el pueblo estadounidense está pagando el precio de la política partidista”. Según el legislador republicano, la disputa está generando un escenario de mayor desempleo, salarios más bajos y una disminución del poder adquisitivo de las familias trabajadoras.

En contraste, los demócratas sostienen que la causa del estancamiento es la negativa republicana a extender los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), que vencen a fin de año. Brendan Boyle, representante demócrata, calificó el cierre como una muestra de irresponsabilidad legislativa y exigió que el Congreso retome sus funciones para aprobar un presupuesto bipartidista que garantice tanto la reapertura del gobierno como la protección del sistema de salud.
Actualmente, unos 750.000 empleados federales permanecen suspendidos sin goce de sueldo, mientras que otros continúan laborando sin recibir pago. Aunque el gobierno ha priorizado el salario de militares y agentes de seguridad, la situación amenaza con agravarse si no se liberan los fondos para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que podría quedarse sin recursos en cuestión de días, afectando a millones de familias dependientes de los cupones alimentarios.
Más allá de las cifras, el cierre refleja la fragilidad política de Washington y la vulnerabilidad estructural de la economía de Estados Unidos ante los desacuerdos partidistas. Estos bloqueos legislativos, cada vez más frecuentes, generan desconfianza en los mercados y ponen en duda la capacidad del gobierno para sostener su estabilidad fiscal a largo plazo. La situación plantea un reto no solo económico, sino institucional, al evidenciar cómo los intereses partidistas pueden afectar de manera directa el bienestar de millones de ciudadanos.




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