
12 de Agosto 2025.- Un incidente reciente en el Mar de China Meridional ha encendido la disputa territorial entre China y Filipinas, dos países que mantienen una larga controversia sobre esta estratégica zona marítima. El choque entre barcos de sus guardias costeras cerca del atolón de Scarborough ha provocado versiones encontradas y un aumento en la tensión diplomática, poniendo en evidencia la fragilidad de la paz en una región vital para el comercio global.
Versión filipina: maniobras agresivas y colisión
La Guardia Costera de Filipinas denunció que las maniobras de las embarcaciones chinas fueron «peligrosas» y agresivas, afirmando que las naves chinas bloquearon y usaron cañones de agua contra sus guardacostas. Durante la persecución de un barco filipino, un buque chino colisionó con otra embarcación del Ejército Popular de Liberación, poniendo en riesgo a la tripulación filipina y causando daños internos en las fuerzas chinas.
Filipinas sostiene que estas acciones muestran la escalada de la presión china en el área, donde los recursos marinos y la soberanía territorial están en juego. La denuncia pública de Manila busca llamar la atención internacional sobre lo que consideran una provocación constante por parte de Pekín.
Respuesta china: defensa y acusaciones de invasión
Por su parte, la Guardia Costera china confirmó el altercado, pero presentó una versión diferente, señalando que las embarcaciones filipinas se adentraron ilegalmente en aguas que China considera propias alrededor de la isla de Huangyan.
El portavoz Gan Yu explicó que sus fuerzas llevaron a cabo «seguimiento, bloqueo y expulsión» de las naves filipinas, siempre con acciones que califican de «profesionales, reguladas y legales». En este comunicado, no se mencionó la colisión entre sus barcos, una omisión que genera dudas sobre la transparencia en la versión china.
Contexto y consecuencias en la región
Este incidente se suma a una larga lista de tensiones en el Mar de China Meridional, donde varias naciones reclaman soberanía sobre territorios estratégicos. La militarización de estas zonas y la presencia constante de guardacostas y fuerzas navales complican la posibilidad de un diálogo pacífico.
Los choques como este no solo afectan la seguridad regional, sino que también ponen en riesgo el libre tránsito marítimo, fundamental para el comercio internacional. El aumento de incidentes podría desestabilizar aún más una zona ya de por sí volátil, con consecuencias económicas y políticas importantes para toda Asia y más allá.
La importancia de la diplomacia multilateral
Aunque los enfrentamientos en altamar se mantienen, expertos en política internacional insisten en que la solución a largo plazo debe pasar por la diplomacia multilateral y el respeto al derecho internacional, especialmente a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS).
Sin embargo, la falta de un mecanismo eficaz de resolución de conflictos en esta área hace que episodios como el choque de barcos sean recurrentes. La comunidad internacional tiene un papel clave para fomentar negociaciones y evitar que estas «maniobras peligrosas» escalen en un conflicto abierto.
Un llamado a la calma y al diálogo
Frente a este choque que puede parecer pequeño en el mar pero enorme en sus repercusiones políticas, es necesario que ambos países eviten acciones unilaterales que aumenten la tensión. La vigilancia y el control en el Mar de China Meridional deben acompañarse de canales abiertos para el diálogo y acuerdos que garanticen la seguridad de todas las partes y el respeto a los derechos soberanos.