
BANGKOK (AP y EFE).— Las tensiones entre Estados Unidos y sus principales socios internacionales volvieron a escalar esta semana, luego de que el presidente Donald Trump endureciera su discurso contra China y Canadá, agitando el panorama económico mundial. Mientras Pekín negó cualquier avance en negociaciones bilaterales, el primer ministro canadiense, Mark Carney, acusó a Trump de querer “romper” a su país mediante una guerra arancelaria.
China desmintió categóricamente la afirmación de Trump de que existen conversaciones activas para reducir los aranceles mutuos. “Cualquier afirmación sobre avances en las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos es tan absurda como tratar de atrapar el viento”, declaró He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio chino.
El mandatario estadounidense había asegurado a la prensa que “todo está activo” respecto al diálogo con China, y anticipó que los aranceles podrían reducirse sustancialmente desde el 145% actual. No obstante, las autoridades chinas insisten en que no existen negociaciones formales en curso.
La disputa comercial entre ambos gigantes incluye aranceles recíprocos que han alcanzado niveles históricos: 145% por parte de EE.UU. y 125% desde China. Washington ofreció una prórroga de 90 días a otras naciones para evitar nuevos gravámenes, pero excluyó a Pekín de ese alivio.
Además de los aranceles, China ha respondido con restricciones a la exportación de minerales estratégicos y ha presentado demandas ante la Organización Mundial del Comercio, al tiempo que exige la cancelación de las medidas unilaterales impuestas por los Estados Unidos.
Trump, sin embargo, intenta mantener una imagen conciliadora con el líder chino, Xi Jinping. “Vamos a convivir muy felizmente e, idealmente, a trabajar juntos”, expresó esta semana. Pekín ha reiterado que solo participará en negociaciones basadas en el respeto mutuo y en condiciones equitativas.
Relación tensa entre países
En paralelo, la relación con Canadá también se ha tensado. El primer ministro Mark Carney acusó a Trump de buscar la dominación económica de su país: “Quieren rompernos para ser nuestros amos. No son solo palabras. Es lo que está en juego”, afirmó en un evento electoral en Coquitlam.
Carney vinculó directamente las declaraciones de Trump sobre una posible anexión de Canadá con las elecciones federales de este lunes, llamando a los votantes a decidir “quién le plantará cara a Trump”.
Ambos líderes mantuvieron una única conversación telefónica en marzo, tras la cual se acordó iniciar negociaciones económicas y de seguridad en mayo, una vez concluidos los comicios. Sin embargo, los aranceles impuestos por Washington ya han generado represalias comerciales por parte de Ottawa.
Estados Unidos y Canadá, junto con México, integran el T-MEC, pero la escalada arancelaria amenaza la estabilidad de este acuerdo comercial. La doble ofensiva de Trump contra China y Canadá dibuja un panorama incierto para el comercio internacional en los próximos meses.