
25 JULIO 2025- INTERNACIONAL- La gigante energética Chevron ha recibido autorización del gobierno de Estados Unidos para reanudar sus operaciones petroleras en Venezuela. El anuncio fue confirmado por el presidente Nicolás Maduro, quien celebró la decisión como una señal de avance en medio de años de restricciones económicas. La medida llega tras un intercambio diplomático y marca un giro en la política de Donald Trump hacia el país sudamericano.
El regreso de Chevron representa un alivio para una economía venezolana que lleva años en crisis. Su licencia había sido revocada meses antes por el expresidente Trump, quien acusó al gobierno de Maduro de incumplir acuerdos electorales y negarse a aceptar la repatriación de migrantes con orden de deportación. Ahora, la flexibilización de las restricciones sugiere un enfoque más pragmático que busca estabilizar el mercado petrolero sin favorecer directamente al régimen.
El petróleo como motor de ingresos y recuperación
Según la consultora Ecoanalítica, cerca del 85% de los ingresos en divisas que recibe Venezuela provienen de su industria petrolera, y Chevron representa el 30% de ese total. Además, la empresa suministra el 40% de los dólares usados para importaciones privadas. Esto convierte a su presencia en una pieza vital del rompecabezas económico venezolano, especialmente en un contexto donde la inflación vuelve a golpear con fuerza el bolsillo de la ciudadanía.
Los ingresos en dólares generados por Chevron se transforman luego en bolívares a través los bancos privados, lo que permite impulsar otros sectores del mercado interno. La inyección de liquidez es clave para sostener el consumo y mantener vivas las importaciones, en una economía que todavía lucha por levantar vuelo. Pese a las cifras aún bajas en comparación con épocas pasadas, la industria petrolera ha logrado recuperarse paulatinamente, superando el millón de barriles diarios.

Maduro afirmó que el país ya produce un promedio de 1.057.000 barriles diarios y que espera alcanzar los 1.500.000 “con pulmón propio”. Aunque estas cifras todavía están lejos de los más de 3 millones diarios que producía Venezuela en 1998, representan una mejora significativa respecto al punto más bajo registrado en 2018, cuando la producción cayó a 365.000 barriles. La nueva licencia fortalece esa tendencia ascendente, aunque también evidencia la dependencia estructural del país respecto al crudo.
Es importante destacar que la reactivación de Chevron puede mejorar el acceso de Venezuela al mercado internacional sin tener que depender totalmente de canales sancionados o acuerdos opacos. Si bien EE.UU. ha dicho que Maduro no podrá beneficiarse directamente de estos ingresos, expertos sugieren que, en la práctica, parte de esos recursos se filtran al aparato estatal. La gran pregunta es si el gobierno venezolano aprovechará esta oportunidad para diversificar su economía o si continuará apostando casi exclusivamente al petróleo.
