
La 190ª edición del Oktoberfest en Múnich, Alemania, cerró sus puertas este domingo tras 16 días de celebración y dejó cifras impresionantes de consumo. Los asistentes a la fiesta de la cerveza más famosa del mundo bebieron más de seis millones de litros de la popular bebida. Específicamente, se consumieron 6 millones de litros de cerveza, un testimonio de la gran tradición y el espíritu festivo que define a este evento bávaro.
La Asistencia al Oktoberfest
A pesar del impresionante volumen de cerveza consumida, el festival registró una ligera disminución en el número de visitantes. A lo largo de las dos semanas y media de fiesta, el Oktoberfest recibió a seis millones y medio de asistentes. Esta cifra es notable, aunque quedó por debajo de los números registrados en la edición anterior. El consumo, sin embargo, demuestra que los presentes disfrutaron plenamente de la cerveza y el ambiente a pesar de las circunstancias.

La baja en la asistencia no se debió a una falta de interés en la cerveza ni en el festival, sino a una causa extraordinaria que obligó a un cierre temporal. Las autoridades explicaron que la reducción en el número total de visitantes se atribuye a un cierre excepcional que se llevó a cabo por una amenaza de bomba. Este incidente, aunque lamentable, afectó el flujo de personas y la duración de la celebración, impactando directamente las cifras finales de afluencia.
Este evento es mucho más que una simple fiesta de la cerveza; es una tradición cultural profundamente arraigada en Baviera y un imán para el turismo global. Personas de todas partes del mundo viajan a Múnich para ser parte de esta celebración. A pesar del cierre por la amenaza de bomba, el ambiente festivo fue constante, con asistentes vistiendo los trajes típicos (Lederhosen y Dirndl) y participando en las atracciones y conciertos, asegurando que la cerveza fuera la estrella indiscutible.

La capacidad del Oktoberfest para movilizar a millones de personas y mantener un consumo masivo de cerveza subraya su importancia económica para la ciudad de Múnich y para Alemania. Cada año, el festival genera miles de millones de euros en ingresos, no solo por la venta de cerveza y alimentos dentro del recinto, sino también por el impacto positivo en hoteles, transporte y comercio local. El éxito de esta edición, a pesar de los desafíos de seguridad, garantiza la continuidad de esta tradición centenaria.
La edición 190 del Oktoberfest en Múnich, si bien enfrentó el desafío de la seguridad con el cierre excepcional, reafirmó su estatus como el festival de cerveza más grande del mundo. Los seis millones de litros bebidos por los 6.5 millones de asistentes son una clara señal de que el entusiasmo por la cerveza bávara y la cultura festiva del evento permanece inquebrantable, esperando con ansias la próxima celebración en 2026.
