CIUDAD JUÁREZ (EFE).— Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador más de 13 millones de migrantes cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos, siendo Ciudad Juárez y El Paso, Texas, algunos de los puntos más críticos en el flujo migratorio, según informó Héctor Martínez Castuera, director de Coordinación de Oficinas de Representación del Instituto Nacional de Migración (INM).
A lo largo de este período, entre diciembre de 2018 y septiembre de 2024, la frontera norte de México se consolidó como un punto neurálgico para migrantes provenientes de diversos países, principalmente de Centroamérica, Suramérica y el Caribe, quienes buscan llegar a Estados Unidos con el propósito de encontrar mejores oportunidades.
Ciudad Juárez, que colinda con El Paso, Texas, fue uno de los principales corredores migratorios, donde miles de personas esperan en albergues, campamentos improvisados o a la intemperie para cruzar el Río Bravo y solicitar asilo en territorio estadounidense.
“Yo creo que ninguna frontera está preparada para 5 millones de personas, ni la de México, ni la de Estados Unidos, ni la de Colombia, son condiciones globales, entiendo que hay cosas que se están haciendo como que no tengan que llegar hasta acá para pedir el permiso o el ingreso, pero el mundo no está listo para la ola migrante”, afirmó Guillermo Asian, vocero del Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (Ficosec).
Las autoridades de ambos países intensificaron sus operaciones de vigilancia y deportación, aunque esto no logra frenar el constante flujo de migrantes.
Durante los últimos meses, El Paso registró un incremento en el número de personas que intentan cruzar la frontera, obligando a ambos gobiernos a coordinar esfuerzos para gestionar la crisis humanitaria que se ha agudizado en la región.