
19 de Diciembre del 2025.- Las organizaciones criminales en Colombia han comenzado a aplicar estrategias sumamente ingeniosas para proteger sus cargamentos de los operativos militares estadounidenses en el mar. Ante el aumento de la vigilancia y los ataques letales en las aguas del Caribe y el Pacífico, los grupos delictivos han dejado de usar métodos tradicionales para evitar ser detectados por los radares. El objetivo del tráfico de drogas ahora se apoya en el uso de embarcaciones recreativas y veleros que logran mezclarse fácilmente con el flujo de turistas, dificultando la labor de las autoridades internacionales.
Una de las modalidades más sorprendentes reveladas por la Armada de Colombia es la técnica conocida como el «embarazo» de buques mercantes de gran tamaño. Este procedimiento consiste en adherir cargamentos ilegales a la parte inferior de los barcos comerciales utilizando potentes imanes o tornillos mientras están anclados. De esta forma, el tráfico de drogas se realiza sin que la tripulación del buque tenga conocimiento de que transporta sustancias prohibidas, aprovechando las rutas comerciales legales para llegar a puertos internacionales de forma discreta y segura para los delincuentes.
Riesgos y tácticas en las rutas marítimas
El uso de lanchas rápidas ha disminuido considerablemente debido a que son blancos fáciles para las fuerzas navales de Estados Unidos, que suelen disparar contra ellas al verlas como una amenaza. Por esta razón, el tráfico de drogas ha evolucionado hacia el uso de naves más pequeñas y lentas que no levantan sospechas inmediatas entre los guardacostas. Los criminales prefieren tardar varios días instalando los artefactos bajo el agua durante la noche, asegurando que el cargamento pase desapercibido hasta que llegue a su destino final donde otra persona lo retira.
Mientras estas tácticas avanzan, las críticas internacionales contra Washington crecen debido a la muerte de casi 100 personas en operativos marítimos que han sido calificados como ejecuciones extrajudiciales. Países como Venezuela y Colombia denuncian que estos ataques por parte del gobierno estadounidense no detienen el tráfico de drogas, sino que se utilizan como una herramienta política. La falta de pruebas de que las naves atacadas realmente lleven sustancias ilícitas ha generado una ola de condenas por parte de diversos organismos que exigen respeto al derecho internacional.
Tensiones políticas y bloqueos económicos
La situación se ha vuelto aún más tensa tras la orden del presidente Donald Trump de bloquear totalmente a los petroleros vinculados con Venezuela, país al que acusa de proteger redes criminales. Al designar al gobierno venezolano como una organización terrorista, Estados Unidos justifica el uso de fuerza letal en el mar bajo la bandera de la lucha contra el tráfico de drogas. Sin embargo, las autoridades de Caracas aseguran que todo es una estrategia montada para crear un conflicto similar al de otras regiones del mundo y así apoderarse de sus recursos naturales.






