
Angelo Becciu renuncia a su derecho a votar pese a mantener su título de cardenal
En un giro inesperado, el cardenal italiano Angelo Becciu anunció que no participará en el próximo cónclave que elegirá al nuevo papa. Aunque legalmente mantiene el título y había insistido en su derecho a participar, declaró que “he decidido obedecer” la decisión del Vaticano, acatando la orden directa del papa Francisco que lo excluye del proceso. La decisión fue comunicada a través de su abogado, en una nota enviada a la AFP.
El caso Becciu evidencia los esfuerzos del Vaticano por limpiar sus finanzas
Becciu, de 76 años, fue uno de los hombres más influyentes del Vaticano hasta su caída por un escándalo financiero relacionado con la compra de un lujoso edificio en Londres. Fue condenado a cinco años y medio de prisión por malversación y fraude, lo que lo convirtió en el cardenal de más alto rango en ser juzgado por el Tribunal Penal Vaticano. A pesar de su situación legal, continuaba asistiendo a reuniones preparatorias del cónclave.
La Santa Sede le entregó dos cartas firmadas por el papa Francisco, una fechada en 2023 y otra reciente, donde se le informaba oficialmente que no podría tomar parte en la elección papal del próximo 7 de mayo. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y considerado uno de los favoritos para ser el próximo pontífice, fue quien le comunicó directamente esta decisión.
Becciu justificó su renuncia al cónclave señalando que lo hacía por el bien de la Iglesia y para preservar la serenidad del proceso. “He servido y seguiré sirviendo a la Iglesia con fidelidad y amor”, aseguró. Sin embargo, también reafirmó su inocencia, señalando que siempre actuó con transparencia durante su gestión, pese a la condena judicial que enfrenta.
El escándalo en el que está involucrado Becciu dejó una fuerte huella en las finanzas del Vaticano, ya que se utilizaron fondos del Óbolo de San Pedro, una colecta destinada a obras de caridad, para invertir en el inmueble londinense. Esta operación no solo causó pérdidas económicas, sino que también dañó seriamente la imagen de transparencia de la Iglesia católica.
Me parece genial que se hable de este tema, porque es algo que nos afecta a todos. Sin embargo, creo que se debería dar más voz a las personas que realmente viven esta situación, para que se escuchen sus historias y no solo números o estadísticas. Es importante que se vea el lado humano.
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