
31-Julio-2025.-Un reciente estudio reveló que Cancún ocupa el segundo lugar a nivel nacional en desperdicio de alimentos, con 234 toneladas que se tiran a la basura todos los días en los hogares, mientras miles de personas no tienen qué comer. Este análisis, realizado por el Banco de Alimentos de Cáritas Quintana Roo en conjunto con el Inegi y universidades locales, destacó que cada persona en el municipio desecha en promedio 260 gramos diarios, de los cuales el 59% aún son perfectamente comestibles.
Falta de conservación y pobreza alimentaria
El informe señala que una de las principales causas de este desperdicio es la falta de condiciones adecuadas para conservar los alimentos, sobre todo en zonas irregulares, donde muchas familias no cuentan con refrigeradores. Esto contrasta con las cifras de la Secretaría del Bienestar, que indican que más de 493 mil personas en Quintana Roo no tienen acceso a una alimentación nutritiva y suficiente, lo que equivale a casi uno de cada cuatro habitantes del estado.
El panorama es alarmante si se toma en cuenta que, según el Observatorio de Salarios y la Secretaría del Trabajo, más del 53% de la población ocupada en Quintana Roo trabaja en la informalidad, sin seguridad social ni ingresos estables, y que el sueldo promedio de quienes tienen empleo formal apenas ronda los 8 mil 600 pesos mensuales. Todo esto repercute en la calidad de los alimentos que llegan a los hogares y en su capacidad de conservación.
Aumento de casos de desnutrición
En los primeros siete meses de este año se registraron 429 casos de desnutrición en el estado, lo que representa un incremento del 9.4% respecto al mismo periodo de 2024. De estas cifras, el 50.3% corresponde a mujeres, según datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. La desnutrición, advirtieron especialistas, puede generar desde debilidad física hasta daños irreversibles en el desarrollo cognitivo, sobre todo en menores y adultos mayores.
Ante esta problemática, el Banco de Alimentos de Cáritas Quintana Roo trabaja en el fortalecimiento de su infraestructura y logística, con la adquisición de camiones refrigerados y equipos especializados que permitan conservar y distribuir los productos en condiciones óptimas. Además, busca ampliar las alianzas con supermercados, hoteleros y otros sectores para reducir el desperdicio y canalizar más apoyo a las familias vulnerables.
La organización reiteró la urgencia de generar conciencia sobre el impacto del desperdicio de alimentos y la necesidad de atender las condiciones que generan esta paradoja: toneladas de comida que terminan en la basura mientras miles de personas en el estado siguen batallando para poder comer.