
31 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El gobierno del presidente Donald Trump ha anunciado un giro drástico en su política de asilo, limitando el número de refugiados que Estados Unidos admitirá anualmente a solo 7,500. Esta cifra representa una impactante reducción del 94% respecto al límite anterior de 125,000. La medida, que entrará en vigor el próximo año fiscal, se justifica por «motivos humanitarios o por razones de interés nacional», aunque sin ofrecer explicaciones específicas. La decisión consolida una política más restrictiva, tras la suspensión del Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (Usrap) firmada por Trump en enero, argumentando la necesidad de priorizar la seguridad nacional y pública.
La nueva directriz establece que las 7,500 admisiones anuales se destinarán «principalmente» a sudafricanos afrikáners, así como a otras víctimas de discriminación «ilegal o injusta» en sus países. Esta prioridad a un grupo específico ha encendido las alarmas de diversas organizaciones de defensa. En mayo, el presidente Trump había criticado públicamente al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, afirmando que los granjeros blancos en ese país estaban siendo perseguidos y asesinados. Esta reunión tensa ocurrió poco después de que EE.UU. concediera asilo a 60 afrikáners, en un claro adelanto de la política que ahora se oficializa para los Refugiados.
Críticas a la Restricción y la «Autoridad Moral» de EE.UU. sobre los Refugiados
Organizaciones de defensa de los Refugiados han alzado la voz, acusando al gobierno de trato injusto. Sostienen que, con este nuevo límite, Estados Unidos está prácticamente cerrando sus puertas a la inmensa mayoría de las personas perseguidas o en riesgo, incluyendo a antiguos colaboradores de las fuerzas estadounidenses en zonas de conflicto como Afganistán y Medio Oriente. La directora ejecutiva de Global Refuge, Krish O’Mara Vignarajah, fue enfática al criticar la decisión. «Esta decisión no solo reduce el límite de admisión de Refugiados. También menoscaba nuestra autoridad moral», declaró, señalando la incoherencia de la medida.
Vignarajah subraya que, en un momento de crisis humanitarias graves en países como Afganistán, Venezuela o Sudán, concentrar casi todas las admisiones en un solo grupo socava por completo el propósito fundamental del programa de Refugiados. El argumento original del presidente Trump para suspender el programa era que el país no puede integrar a un gran número de migrantes, especialmente Refugiados, sin comprometer recursos y seguridad para los propios estadounidenses. Sin embargo, la priorización de un grupo específico sobre otros en crisis global contradice la supuesta preocupación por la seguridad nacional y la distribución de recursos.
El gobierno sudafricano no ha emitido una respuesta oficial inmediata al anuncio. No obstante, en la reunión de mayo con Trump en la Casa Blanca, el presidente Cyril Ramaphosa se había limitado a expresar su esperanza de que las autoridades estadounidenses escucharan la perspectiva de los sudafricanos sobre el asunto. Posteriormente, Ramaphosa afirmó creer que existían «dudas e incredulidad sobre todo esto en la mente (de Trump)», sugiriendo un escepticismo sobre las afirmaciones de persecución a los granjeros. La polémica subraya la tensión diplomática y el debate sobre los criterios de asilo a nivel internacional.

El Enfoque Selectivo y el Impacto en la Crisis Global de Refugiados
La nueva política genera serias dudas sobre la imparcialidad y la equidad del sistema de asilo en Estados Unidos. Mientras la crisis de Refugiados a nivel mundial alcanza cifras récord debido a guerras, desastres y persecución, la reducción del 94% del cupo de admisión es vista como un abandono de la responsabilidad humanitaria. Al destinar casi la totalidad de las escasas 7,500 plazas a los afrikáners y minorías discriminadas, se ignora la urgencia de millones de personas de otras nacionalidades que enfrentan peligros mortales, como los rohingya, sirios o los centroamericanos.
 
			 
			









