
Un reciente estudio revela que el burnout en la generación Z se ha convertido en un problema grave dentro del entorno laboral. El 91 % de los trabajadores de entre 18 y 24 años afirma sentir estrés, mientras que el 98 % reconoce haber sufrido agotamiento laboral en algún momento. Estas cifras superan a otros grupos de edad y reflejan un fenómeno que preocupa a empresas y especialistas en salud mental.
El informe también señala que los millennials no están exentos de esta presión, ya que el 87 % de quienes tienen entre 25 y 34 años se declara estresado. Sin embargo, el burnout en jóvenes trabajadores se presenta con mayor intensidad en la generación Z, lo que evidencia una brecha generacional en la forma en que se vive el trabajo y se enfrentan las exigencias laborales actuales.
En América Latina, la situación es igualmente alarmante. Durante 2024, el 46 % de los empleados experimentó agotamiento laboral al menos una vez, mientras que un 14 % lo padeció de forma constante. En el caso específico del burnout generación Z, un 17 % de los jóvenes aseguró vivir este desgaste de manera permanente, lo que afecta su desempeño y bienestar general.
Burnout generación Z y pandemia laboral
Uno de los factores clave del burnout en la generación Z es que muchos jóvenes iniciaron su vida laboral durante la pandemia de covid-19. El trabajo remoto limitó la convivencia diaria con equipos de trabajo y redujo el aprendizaje informal, lo que dificultó la integración laboral y la construcción de identidad profesional dentro de las organizaciones.
Esta falta de acompañamiento presencial generó inseguridad, dudas sobre el desempeño y una sensación constante de no cumplir expectativas. Para muchos jóvenes, esta experiencia inicial marcó una relación más frágil con el trabajo y una mayor propensión al agotamiento emocional.
Burnout generación Z y frustración económica
Otro elemento que explica el burnout en jóvenes es la desilusión frente a las expectativas creadas durante la etapa universitaria. Muchos programas académicos no se alinean con el mercado laboral actual, lo que llevó a numerosos estudiantes a priorizar el trabajo antes que el éxito académico, generando presión y cansancio desde edades tempranas.
A esto se suma la incertidumbre económica, considerada la principal fuente de estrés. El 34 % de la generación Z y el 31 % de los millennials señalan el futuro financiero como una de las causas centrales del agotamiento. La falta de oportunidades, empleos estables y formación adecuada intensifica el burnout generación Z y refuerza la ansiedad diaria.






