
Los Pirates han decidido dar el gran paso y promover a Chandler, uno de los lanzadores más prometedores del sistema, a las Grandes Ligas para la serie ante los Rockies en el PNC Park. Con apenas 22 años, Chandler ha sido catalogado como el séptimo mejor prospecto según MLB Pipeline y el mejor lanzador de ese grupo. En la temporada 2025 con los Indianapolis Indians (Triple‑A), ha tenido 24 aperturas, un récord de 5‑6 y una efectividad de 4.05 tras permitir 45 carreras limpias en 100 entradas. Este llamado representa una oportunidad clave para iniciar su desarrollo en el nivel más alto del béisbol.
Desde su paso por Clemson como estrella en ambos deportes, Chandler ha mostrado una evolución notable. Su habilidad para lanzar desde el montículo y batear como ambidiestro le confiere una versatilidad única, aunque por ahora se enfocará solo como lanzador. El equipo lo ve como potencial abridor a largo plazo, pero su rol inicial en las Grandes Ligas será desde el bullpen, dadas las actuales prioridades de la rotación, conformada por Skenes, Keller, Burrows, Oviedo y Ashcraft .
Pese a algunas dificultades recientes —registros de 0‑2 con efectividad de 7.50 en sus tres últimas salidas de agosto— Chandler lidera la Liga Internacional con 121 ponches y ha sido ubicado entre los mejores prospectos de la MLB, incluso en el cuarto lugar general. Estas cifras muestran su capacidad para dominar el juego, aunque aún necesita ajustar su consistencia ante bateadores de alto calibre.
El enfoque de los Pirates, siguiendo el plan aplicado con Braxton Ashcraft, es introducir a Chandler como relevista inicialmente. Esto le permitirá “mojarse los pies” y aprender en el ambiente de la Gran Carpa, antes de posiblemente integrarlo a la rotación titular cuando esté más maduro . Este método ha dado buenos resultados y puede ser determinante para el éxito de Chandler en su primera etapa en las Mayores.
Valor agregado: contexto histórico del desarrollo de pitchers jóvenes
Históricamente, varios lanzadores que hoy son figuras estelares iniciaron su carrera MLB en roles de relevo antes de consolidarse como abridores. Este enfoque permite afinar su comando y adaptarse al ritmo del béisbol profesional sin la presión de una apertura completa. Lo interesante del caso de Chandler es que combina esa transición con una historia atlética polifacética: fue quarterback y jugador de béisbol en la secundaria, lo que le dio una base física y mental sólida. Esta amplitud deportiva, aunque común entre prospectos duales, no siempre se traduce en éxito en el Montículo, pero Chandler parece haber encontrado su camino hacia la especialización y la efectividad como lanzador.