
Los BRICS cerraron su cumbre 2025 con un mensaje fuerte y claro: es momento de reformar las reglas del juego mundial. Con sede en Río de Janeiro, el encuentro reunió a líderes de 10 países miembros y otros 10 socios globales para discutir seguridad, economía y el papel de las potencias emergentes en el orden internacional.
En la Declaración de Río, el bloque dejó claro que ya no quiere ser solo una alianza económica. Busca ser una fuerza influyente en la geopolítica global. Aunque el conflicto en Ucrania pasó a segundo plano, los temas de seguridad, cooperación y reformas en organismos como la ONU y el FMI ocuparon un lugar central.
Una de las ausencias más comentadas fue la de Vladimir Putin y Xi Jinping, lo que no frenó los avances diplomáticos. El presidente brasileño Lula da Silva tomó la batuta y propuso reformas al Consejo de Seguridad de la ONU, pidiendo que este sea más inclusivo, eficaz y representativo, especialmente con mayor participación del Sur Global.

Multilateralismo y seguridad, ejes del encuentro en Río de Janeiro
En el plano económico, los BRICS reafirmaron su apuesta por el desarrollo sostenible, la digitalización y la inteligencia artificial. Además, rechazaron el impuesto al carbono en fronteras aplicado por la Unión Europea, considerándolo una medida proteccionista que perjudica a los países en desarrollo.
También insistieron en reducir la dependencia del dólar, promoviendo un sistema propio de pagos. En el mismo sentido, se destacó el papel del New Development Bank, al que calificaron como un “agente clave” para el desarrollo y modernización de los países del Sur.