
15 de Agosto 2025.- El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rechazó las acusaciones de intentar un golpe de Estado durante su defensa final ante el Supremo Tribunal Federal. Sus abogados argumentaron que no existen pruebas sólidas que demuestren que Bolsonaro actuó contra las instituciones democráticas del país o que haya incitado a otros a hacerlo. Además, señalaron que permitir la transición presidencial tras perder las elecciones de 2022 contradice la acusación de querer permanecer en el poder.
Durante la audiencia del miércoles por la noche, los abogados enfatizaron que la evidencia presentada hasta ahora “elimina lo más esencial de las premisas acusatorias”. La defensa sostuvo que la acusación se basa en interpretaciones de documentos y mensajes que no prueban la intención de Bolsonaro de subvertir el orden constitucional, y que muchos de los supuestos indicios no tienen relación directa con acciones ilegales.
Riesgos legales y consecuencias
Un panel de cinco jueces del Tribunal Supremo decidirá si Bolsonaro y sus aliados son culpables. De ser condenado por intento de golpe, podría enfrentar hasta 12 años de prisión, y en combinación con otros cargos, incluso décadas tras las rejas. A pesar de esto, el ex mandatario tiene la posibilidad de apelar la decisión ante el pleno del Tribunal Supremo, manteniendo abierta la vía legal para buscar una revisión del fallo.
Bolsonaro se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 5 de agosto, aunque recientemente se suavizaron algunas restricciones, permitiendo visitas familiares sin límites. El juez Alexandre de Moraes, que supervisa el caso, había señalado que Bolsonaro violó medidas cautelares al difundir contenido mediante sus hijos legisladores, lo que motivó la supervisión estricta de sus comunicaciones durante el proceso.
El Tribunal Supremo Electoral de Brasil ya inhabilitó al líder de extrema derecha para postularse a un cargo hasta 2030, argumentando que su acción socavó la confianza en el sistema electoral del país. Esta decisión ha generado un debate intenso sobre la política interna brasileña y la integridad de sus instituciones democráticas.
Apoyo internacional y repercusiones
El caso ha captado la atención de Brasil y del extranjero. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha calificado la acusación como una “caza de brujas”, mientras que la disputa comercial entre Brasil y EE. UU., con un arancel del 50% sobre importaciones brasileñas, añade tensión al contexto político. Expertos señalan que el apoyo internacional podría influir en la percepción pública, pero no necesariamente en los resultados legales del proceso.








