
MADRID (EFE/AP).— Los festejos por la llegada del Año Nuevo terminaron en todo el mundo, con Hawaii y la isla de Nieu, en el Pacífico Sur, a 2,400 kilómetros al noreste de Nueva Zelanda, como últimos lugares habitados en dar la bienvenida a 2025.
Las islas Baker y Howland, islotes no habitados, fueron los últimos donde llegó el nuevo año (12:00 GMT).
Desde Sydney hasta Nairobi, comunidades de todo el mundo recibieron 2025 con asombrosos espectáculos de luces, abrazos y zambullidas en aguas heladas.
Auckland se convirtió en la primera ciudad grande en celebrar, con miles de personas que se aglomeraron en el centro o subieron a los picos volcánicos de la ciudad para obtener una vista privilegiada de los fuegos artificiales.
Los países en el sur del océano Pacífico fueron los primeros en dar la bienvenida a 2025, ya que la medianoche llegó a Nueva Zelanda 18 horas antes de la caída de la bola en Times Square en Nueva York.
Los conflictos atenuaron los festejos de año nuevo en lugares como Oriente Medio, Sudán y Ucrania.
Fuegos artificiales se lanzaron desde el Puente del Puerto de Sydney y a través de la bahía.
Más de un millón de australianos y visitantes se reunieron en el icónico puerto de Sydney para la celebración. El astro británico del pop Robbie Williams lideró un canto colectivo con la multitud.
Los medios estatales chinos cubrieron un intercambio de felicitaciones de Año Nuevo entre su presidente Xi Jinping y el presidente ruso Vladimir Putin, un recordatorio de la creciente cercanía entre dos mandatarios que afrontan tensiones con Occidente.




















Los festejos globales por el Año Nuevo no estuvieron tan felices como se esperaba. Parece que los nubarrones se adueñaron de la alegría y dejaron un sabor amargo en el ambiente. Qué desilusión, ¿no?