
2 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Honduras se encuentra en vilo tras el anuncio de un empate técnico entre los candidatos presidenciales Nasry «Tito» Asfura, del Partido Nacional (derechista), y Salvador Nasralla, del Partido Liberal (centrista), con el conteo de votos sin finalizar. El Consejo Nacional Electoral (CNE) detuvo la transmisión de resultados electorales (TREP) con un escrutinio del 57%, mostrando a ambos contendientes separados por apenas 515 votos, con Asfura liderando por un 39.91% frente al 39.89% de Nasralla. La consejera presidenta del CNE, Ana Paola Hall, llamó a la calma y a la paciencia, indicando que la paz del proceso debe mantenerse hasta que finalice el escrutinio especial y general, y se haga la declaratoria oficial de resultados.
Intervención Extranjera y Acusaciones en las Elecciones Honduras
El panorama electoral se complica con la intervención directa del presidente estadounidense Donald Trump, quien no solo apoyó explícitamente a Asfura, sino que también anunció el indulto presidencial del expresidente Juan Orlando Hernández, exlíder del Partido Nacional condenado por narcotráfico en EE. UU. Tras la suspensión del conteo, Trump publicó en su red social Truth Social que «pareciera que Honduras esté tratando de alterar los resultados» y advirtió de un «escándalo» si esto ocurría, exigiendo que se termine el conteo. Este mensaje, que vincula la elección con la lucha contra «narcocomunistas», fue calificado como «totalmente intervencionista» por la candidata oficialista Rixi Moncada, la delfín de la actual presidenta Xiomara Castro.
Mientras el CNE suspendía la transmisión por «problemas técnicos», la tensión aumentaba por las proyecciones de ambos candidatos de oposición. La candidata oficialista Rixi Moncada, que se ubicó en un distante tercer lugar con el 19.16%, denunció una presunta «inflación de actas» a favor del Partido Nacional. Por su parte, Salvador Nasralla publicó sus propias proyecciones que lo ubicaban como ganador, aunque luego aclaró que solo estaba «proyectando los resultados» que ingresarían. Asfura también aseguró que los resultados favorecían a su partido. El contexto de estas elecciones Honduras está marcado por el estado de excepción vigente en la mayor parte del país para combatir la violencia de pandillas y crimen organizado, una medida impuesta por la presidenta saliente.

A pesar del caos en el conteo presidencial, otros resultados preliminares muestran un panorama más claro para el Congreso. El Partido Nacional de Asfura ha asegurado provisionalmente 50 escaños, perfilándose como la fuerza parlamentaria dominante. El Partido Liberal de Nasralla ha duplicado su presencia, pasando de 22 a 44 congresistas, lo que lo establecería como la principal bancada de oposición. Este equilibrio de fuerzas en el Congreso podría ser clave para el próximo gobierno, que se verá obligado a negociar para impulsar su agenda en un país asolado por la pobreza (más del 60% de los hogares), el crimen organizado y la violencia política.
El indulto a Juan Orlando Hernández, a quien los fiscales estadounidenses acusaron de convertir a Honduras en un «narcoestado», proyecta una sombra sobre las elecciones. Asfura se ha distanciado de JOH, asegurando no tener «ningún vínculo» con el expresidente y que «el partido no es responsable de sus acciones personales». No obstante, Asfura recogió el guante de Trump y defendió el indulto presidencial como un acto que permite a la familia de Hernández «recuperar la tranquilidad». Sus promesas de campaña se centran en el desarrollo, la inversión extranjera y la generación de empleo, contrastando con el enfoque de Nasralla en acabar con la corrupción y el nepotismo que, según él, secuestran al Estado.








