
24 de octubre de 2025.– A pesar de que el calendario marca 2027 como año electoral, en Quintana Roo el proceso para la sucesión gubernamental ya comenzó a sentirse. Movimientos discretos, reuniones internas y mensajes codificados marcan el inicio de una carrera anticipada dentro de Morena, donde se observa una división entre los “morenistas originales” y los “claudistas”, alineados con la gobernadora Mara Lezama y la presidenta Claudia Sheinbaum.
Los morenistas originales buscan reivindicar su papel como fundadores del movimiento en el estado, reclamando influencia frente al nuevo grupo gobernante. Figuras como Rafael Marín Mollinedo, actual titular de la Agencia Nacional de Aduanas, lideran movimientos discretos para retomar lo que consideran las raíces auténticas del partido. Mientras tanto, exalcaldes y exfuncionarios apoyan esta línea, alertando sobre el riesgo de que Morena se convierta en un “nuevo PRI con nuevos colores”.
Del otro lado, el claudismo marista ha consolidado una estructura sólida con funcionarios estatales, alcaldes aliados y legisladores locales y federales. El grupo respalda la continuidad de la 4T, con un enfoque en el desarrollo turístico y social, mientras proyecta figuras como Gino Segura, senador y exsecretario de Finanzas, como posibles liderazgos de cara a 2027. Cada acción y cada evento se lee ahora como un movimiento estratégico dentro del proceso sucesorio.
En paralelo, la oposición también se mueve. En el PAN, la senadora Mayuli Martínez Simón se perfila como la candidata natural, enfrentando el reto de reconstruir un partido debilitado y sin narrativa propia. El PRI busca asegurar su registro estatal y no tanto la victoria electoral, mientras que Movimiento Ciudadano mantiene un perfil bajo, pero con capacidad mediática para atraer a exmorenistas desplazados y generar presencia pública.
El gobierno estatal, por su parte, debe equilibrar la administración con la gestión política de las ambiciones internas. La gobernadora Mara Lezama enfrenta el desafío de mantener el control institucional sin permitir que la anticipación de la sucesión paralice decisiones o genere conflictos entre municipios y operadores políticos.
El reloj electoral corre más rápido de lo previsto. Morena muestra fuerza, pero también fracturas; la oposición busca reagruparse; y el gobierno estatal intenta manejar una transición temprana que definirá el equilibrio político de Quintana Roo en la próxima década. En la política local, los tiempos ya no los marca el calendario, sino las ambiciones de quienes se preparan para 2027.


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