
7 AGOSTO 2025-NACIONAL- Después de una década de intentos por posicionarse en México, la compañía estadounidense AT&T evalúa retirarse del país tras no lograr consolidarse en el competitivo sector de las telecomunicaciones. La empresa ya trabaja con asesores para vender su filial mexicana y espera recibir al menos 2.000 millones de dólares por la operación. Aunque todavía no hay una decisión definitiva, el anuncio representa un giro importante en una de las apuestas extranjeras más fuertes del sector.
AT&T llegó al mercado mexicano en 2014 durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, aprovechando la apertura a la competencia impulsada por su reforma en telecomunicaciones. En su llegada, la firma compró Grupo Iusacell por 2.500 millones de dólares a Ricardo Salinas Pliego y posteriormente adquirió Nextel México por otros 1.900 millones. En total, invirtió más de 10.000 millones de dólares, sin lograr desplazar al gigante Telcel, que mantiene más del 60% del mercado.

El panorama nunca fue favorable para AT&T. Su entrada generó expectativas de mayor competencia y mejora en servicios, pero el mercado mexicano sigue concentrado en América Móvil, la empresa de Carlos Slim. En 2022, ambas compañías protagonizaron una disputa cuando América Móvil acusó a AT&T de bloquear el proceso para obtener una licencia de televisión, lo que agravó la relación entre los competidores. La tensión culminó con la venta de la participación de AT&T en Sky México a Grupo Televisa.
La situación de AT&T no es un caso aislado. Telefónica, la empresa española que opera como Movistar, también ha enfrentado dificultades similares. Desde 2019, Movistar dejó de invertir en infraestructura propia y comenzó a alquilar la red de AT&T, reduciendo de manera progresiva su presencia en el país. Este patrón revela un entorno poco favorable para la permanencia de operadores extranjeros.

Como parte de su estrategia global, AT&T ha optado por reforzar su inversión en Estados Unidos, enfocándose en el desarrollo de redes de fibra óptica y modelos integrados de telefonía e internet para el hogar. Esta reestructuración busca maximizar su rentabilidad en mercados donde su posición es más sólida, a diferencia del entorno mexicano donde los márgenes son limitados y la competencia desigual.