EL FASHER, Sudán (AP).— Un ataque al Hospital Docente Maternal Saudí, el único funcional en la ciudad sitiada de El Fasher, dejó 70 personas muertas y 19 heridas, informó el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. El hospital se encontraba lleno de pacientes en el momento del ataque, ocurrido en medio de la intensa guerra civil en Sudán.
Funcionarios locales atribuyeron el ataque a la Fuerza de Apoyo Rápido (FAR), una milicia rebelde que ha mantenido a El Fasher bajo asedio desde mayo de 2024. Según Clementine Nkweta-Salami, coordinadora de Naciones Unidas para Sudán, “los civiles han soportado meses de sufrimiento y graves abusos a los derechos humanos”.
La situación en El Fasher es crítica, con más de un millón de desplazados que enfrentan violencia y condiciones precarias. Desde diciembre, el asedio de la FAR ha dejado 782 muertos y más de 1,140 heridos, cifras que podrían ser mayores según la ONU. La FAR no ha reconocido el ataque, aunque había emitido un ultimátum para desalojar la ciudad.
“El terrible ataque al Hospital Saudí resulta inaceptable. Continuamos pidiendo el cese de todos los ataques contra la atención médica en Sudán”, escribió Ghebreyesus en X, resaltando que la mejor medicina para la región es la paz. La comunidad internacional sigue condenando los hechos, incluyendo al Ministerio saudí de Exteriores, que calificó el ataque como una violación del derecho internacional.
El conflicto entre la FAR y el Ejército de Sudán, liderado por Abdel-Fattah Burhan, ha ocasionado más de 28,000 muertes y millones de desplazados desde abril de 2023. Mientras tanto, la población sufre las consecuencias de la violencia en un país marcado por la inestabilidad política y humanitaria.
Es increíble que en pleno siglo XXI sigamos viendo ataques a lugares donde la gente solo busca recuperar su salud. Bombardear un hospital es algo totalmente deshumano; esos lugares deberían ser sagrados, donde las personas puedan estar a salvo. La violencia nunca debería tener cabida en situaciones así.
Es increíble que en pleno siglo XXI sigan ocurriendo este tipo de ataques tan injustificables. Los hospitales deberían ser lugares seguros donde la gente busca ayuda, no un blanco para la violencia. Es desgarrador pensar en las vidas que se pierden y el sufrimiento que se causa. La comunidad internacional tiene que hacer más para detener estas atrocidades.
Es realmente lamentable lo que ocurrió en El Fasher. Atacar un hospital es una de las cosas más crueles que pueden hacerse. Ahí hay personas que solo buscan recibir atención médica y no tienen nada que ver con la guerra. Esto solo muestra la falta de humanidad en situaciones de conflicto. Es hora de que el mundo reaccione y haga algo al respecto.