
22 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL-La tranquilidad de Cárdenas, en la provincia de Matanzas, se vio interrumpida por un trágico suceso que ha generado indignación entre los vecinos. Un joven identificado como Dayfred Rizo Noda Herrera fue detenido por la policía, acusado de ser el autor del asesinato de un hombre de 62 años en un bar de la ciudad. Según informes oficiales, la víctima intentó intervenir en una pelea y terminó siendo apuñalada fatalmente.
El crimen ocurrió la noche del domingo en el bar Churri–Churri, ubicado en la avenida Calvo y 28. De acuerdo con la versión divulgada en redes oficiales, la víctima, identificada como Carlos Laferte, trabajaba como dependiente del establecimiento y trató de calmar un altercado entre clientes, cuando Rizo Noda Herrera reaccionó de forma violenta y lo atacó con un cuchillo, causándole una herida mortal en el tórax.
La rápida detención del sospechoso
Tras el ataque, el presunto agresor intentó huir, pero fue capturado poco después por las autoridades locales. Según el perfil “Con Todos La Victoria”, vinculado al gobierno provincial, el detenido no tenía empleo formal y será procesado por los delitos de asesinato y tenencia ilegal de arma blanca. La publicación incluyó un mensaje de “tolerancia cero” ante las “indisciplinas sociales”, en una clara señal de que el gobierno busca mostrar control frente al incremento de la violencia.

El caso, sin embargo, ha generado versiones encontradas. Vecinos y allegados habían informado en redes sociales que la víctima era dueño de una cafetería, lo que inicialmente provocó confusión sobre su identidad. La versión oficial aclaró después que Laferte trabajaba como empleado del bar, no como propietario. Este detalle ha sido interpretado por algunos ciudadanos como un intento de las autoridades de controlar el relato del crimen y evitar la difusión de información no oficial.
Un reflejo del aumento de la violencia en Cuba
La noticia del asesinato ha provocado consternación en la llamada “Ciudad Bandera”, donde los vecinos describen a Laferte como un hombre querido y trabajador. Su muerte se suma a una preocupante tendencia: el aumento de la criminalidad y los ataques violentos en diferentes regiones de Cuba. En los últimos meses, han circulado numerosos reportes de robos, asaltos y agresiones con armas blancas, especialmente en contextos de bares o espacios públicos.

Analistas locales advierten que estos hechos son consecuencia de la profunda crisis económica que atraviesa el país, donde la escasez, el desempleo y el descontento social han generado un entorno de tensión e inseguridad. Aunque el gobierno insiste en su discurso de “tolerancia cero”, la falta de medidas preventivas, programas de empleo y atención a jóvenes en riesgo ha debilitado la respuesta institucional frente al problema.
La violencia en Cuba ya no puede considerarse un fenómeno aislado. La combinación de precariedad económica, migración interna, deterioro de servicios públicos y pérdida de valores cívicos ha creado un caldo de cultivo para conflictos que, como este, terminan en tragedia.
El asesinato de Carlos Laferte es una muestra del desafío que enfrenta el Estado cubano para frenar el deterioro del tejido social. Aunque la detención de Rizo Noda Herrera representa un avance judicial, la raíz del problema sigue siendo estructural. Sin una estrategia integral que combine justicia, prevención y desarrollo, los hechos violentos podrían continuar aumentando. La sociedad cubana, golpeada por la incertidumbre y la desesperanza, clama por soluciones más allá de la represión inmediata.