
13 de Noviembre del 2025.- Tushar Atre, un empresario de 50 años conocido en la industria del cannabis, fue encontrado asesinado en octubre de 2019. El incidente ocurrió en el condado de Santa Cruz, California, y ha impactado a la comunidad. Atre fue secuestrado primero en su lujosa casa. Los detalles de este crimen han salido a la luz recientemente durante el juicio a los presuntos responsables, revelando un oscuro trasfondo de explotación laboral.
El secuestro de Atre no fue un hecho simple. Los atacantes entraron a su residencia y se lo llevaron contra su voluntad. Durante el forcejeo, cuando el empresario intentó escapar, fue apuñalado. Además del secuestro, los agresores le robaron miles de dólares. El final de Atre fue trágico: lo llevaron a una de sus plantaciones de cannabis en las montañas de la zona, donde fue ejecutado con un arma de fuego.
Las investigaciones llevaron a la policía a arrestar a cuatro jóvenes relacionados con el asesinato. Los sospechosos fueron identificados como Joshua Camps, de 23 años; Kurtis Charters, de 22; Stephen Lindsay, de 22; y Kaleb Charters, de 19 años. Al menos dos de ellos, Kaleb Charters y Lindsay, tenían una conexión laboral directa con Atre, lo que dio un giro clave a la investigación sobre el móvil del crimen.
El juicio ha revelado las terribles condiciones laborales que vivían los empleados. Kaleb Charters y Lindsay trabajaron para Atre solo unos meses antes del crimen. Según testimonios, eran obligados a realizar trabajos manuales muy duros. Las jornadas laborales iban desde el amanecer hasta el atardecer. Todo esto ocurría bajo la presión constante de su jefe y en un ambiente que los trabajadores describieron como «tóxico».
La humillación de las 500 flexiones
La relación entre Atre y sus empleados se rompió por completo tras un incidente con las llaves de una camioneta de la empresa. Kaleb Charters relató en el juicio un momento de extrema humillación. Supuestamente, Atre obligó a los empleados a hacer 500 flexiones si querían recibir su salario. Esta situación fue el punto de quiebre para los jóvenes trabajadores, quienes se sintieron denigrados por su empleador.
Después de la humillante prueba física, el magnate no cumplió su palabra. Atre finalmente solo les pagó una parte del dinero que les debía por su trabajo. La explotación no era un hecho aislado. Un asistente personal de Atre confirmó en el juicio que el multimillonario mantenía un ambiente de trabajo muy hostil. Era conocido por dirigir su organización de forma muy estricta e incluso por retener salarios a sus empleados.








