
6 AGOSTO 2025- NACIONAL- La Fiscalía General de la República (FGR) informó que el asesinato del delegado federal Ernesto Cuitláhuac Vásquez Reyna, ocurrido el pasado 4 de agosto en Reynosa, Tamaulipas, podría estar directamente relacionado con el decomiso masivo de huachicol ocurrido a finales de julio. En dicha operación, encabezada por la FGR, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y otras instituciones del gabinete de seguridad, se aseguraron 1.8 millones de litros de combustible robado, así como vehículos, tanques de almacenamiento, motobombas y equipo industrial.
La FGR señaló que existe una «sólida probabilidad» de que el asesinato haya sido una represalia del crimen organizado tras ese fuerte golpe a sus operaciones en la región. Aunque esta hipótesis es la principal línea de investigación, la fiscalía aclaró que no se descarta ningún otro móvil, y que cualquier avance será comunicado de inmediato. El caso ha generado preocupación debido a la creciente violencia en zonas estratégicas para el tráfico de combustible ilegal.

Como parte del seguimiento, la FGR informó que ya se estableció contacto con la familia del funcionario, a quienes se les ha ofrecido apoyo emocional y seguimiento constante sobre el desarrollo de la investigación. Además, reiteraron el compromiso institucional para llevar a los responsables ante la justicia y evitar la impunidad en este tipo de crímenes contra servidores públicos.
Durante la conferencia matutina del Gobierno de México, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el Gabinete de Seguridad está colaborando activamente en el caso. Indicó que desde el primer momento la FGR y la fiscalía estatal de Tamaulipas trabajaron en conjunto y que el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, mantiene una comunicación directa con el gobernador Américo Villarreal, coordinando acciones para esclarecer los hechos.

El ataque, según medios locales, ocurrió sobre el Bulevar Miguel Hidalgo, en el Fraccionamiento Las Quintas, cuando sujetos armados interceptaron el vehículo en el que viajaba Vásquez Reyna. Tras lanzar una granada al interior de la camioneta, esta se incendió y poco después se escucharon detonaciones de arma de fuego. El crimen ocurrió en plena vía pública y fue presenciado por varios testigos, quienes documentaron la escena en videos difundidos en redes.
Este caso no solo revela la escalada de violencia que enfrentan los funcionarios encargados de combatir el crimen organizado en México, sino también pone en evidencia la necesidad de protocolos de protección más robustos para autoridades federales en regiones de alto riesgo. El hecho de que un delegado federal haya sido atacado de forma tan directa y con armamento de alto poder subraya la urgencia de revisar la seguridad operativa en decomisos de gran escala, y de generar estrategias conjuntas entre estados y federación para evitar represalias que debiliten la lucha institucional contra el crimen.