ORIZABA, Veracruz.- Los asaltos contra automovilistas particulares y transportistas en la carretera Veracruz-Puebla, en la zona de las Cumbres de Maltrata, van en aumento y los delincuentes son cada vez más osados.
El problema en la región no es nuevo, pero va en franco ascenso desde 2022 cuando los asaltantes comenzaron a mostrarse portando armas de alto poder, equipo táctico e incluyeron el montaje de falsos retenes en sus estrategias
También aumentó la frecuencia de los atracos, desde el año pasado, cuando agrupaciones transportistas identificaron la zona de Matrata como una de las más riesgosas para la actividad, pues los asaltantes además de despojar de sus pertenencias a los conductores, se apoderan de los camiones y la carga.
Táctica bien ensayada
El chofer de una empresa yucateca de carga grabó, el domingo 15 pasado a las 3:46 de la tarde, uno de los golpes de los asaltantes en la vía Orizaba-Puebla, acorde a los relatos de víctimas: los delincuentes se mueven en grupos de cinco a seis elementos y salen de la nada cuando algún incidente en la carretera detiene momentáneamente el tránsito; su objetivo es atracar a dos o tres conductores antes de desaparecer.
También aprovechan cuando la niebla en la zona hace lento el tránsito para actuar.
En el video, del cual Diario de Yucatán recibió una copia, los asaltantes –algunos con equipo táctico de fuerzas policíacas (pasamontañas, chalecos antibalas, cascos)– portan armas cortas y largas (rifles de asalto) con las cuales intimidan a los viajeros: si son automovilistas los despojan de sus pertenencias, pero si conducen una camioneta o un camión de carga intentan apoderarse del vehículo.
Una vez obtenido todo el botín posible en un lapso de tiempo previamente acordado, desaparecen en el monte. En la grabación se ven dos autobuses de pasajeros en el campo de acción de los asaltantes, pero éstos no muestran interés por abordarlos.
El atraco captado en el video ocurrió cerca de la comunidad de Magueyes; una vez cumplida con la cuota de potenciales víctimas en la incursión, los delincuentes regresaron al monte.
Hay indicios y fuertes sospechas de que se trata de habitantes de los asentamientos en la zona que han hecho de este ilícito su modus viviendi.